La Universidad bajo cero

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

La ventana
FRANCISCO MURO DE ISCAR, PERIODISTA
“Los Rectores de las Universidades españolas, setenta nada menos, han encargado un informe-balance de la situación en los campus”.
¿Cuántos artículos de catedráticos de Universidad han leído sobre la crisis económica? ¿O sobre la repercusión social que tiene y va a tener? ¿O sobre las tendencias de futuro del “capitalismo intervenido” por el Estado o el nuevo modelo económico que nos amenaza? ¿O acerca del papel de la banca en España, las razones de su solvencia, los problemas de su falta de liquidez? Muy pocos, a pesar de que hay excelentes expertos, mucho más presentes en los medios que sus colegas de filosofía, ciencias, ingenierías, etc. Al fin y al cabo, es un reflejo de la presencia del cuerpo universitario en la vida de la sociedad. Y de su nula influencia.
Los Rectores de las Universidades españolas, setenta nada menos, han encargado un informe-balance de la situación en los campus y han llegado a la conclusión que ya conocíamos ellos y nosotros, aunque, ahora, además, tenemos el dato: “la inversión no aumenta, la matriculación desciende y el modelo no funciona”. Hay cosas peores. Los universitarios apenas aprueban en un curso el cincuenta por ciento de los créditos del currículo, aunque la mayoría ni siquiera se matricula del total. Si el rendimiento de un trabajador o del ejecutivo de una empresa fuera ese, todos habrían sido despedidos hace tiempo. En la Universidad, no; siguen estudiando años y años hasta que terminan unos estudios que luego no van a aplicar en su vida profesional, porque les falta la preparación adecuada o porque hay excedente de titulados. Además, casi todos estudian en un radio de menos de cincuenta kilómetros de su residencia, lo que anuncia que la movilidad profesional futura va a ser nula.
Del millón y medio de universitarios -tres por cada alumno de Formación Profesional, otro disparate- sólo un quince por ciento está becado, muy lejos del 25 por ciento europeo, lo cual habla poco a favor de la política de este Gobierno que ha hecho de las becas el logro más importante de su política educativa. Las becas por encima de la calidad, el esfuerzo, el rendimiento... Para compararnos con Europa habría que hacerlo con los demás parámetros: nivel de exigencia, número de universitarios en relación con la población activa, con otros sectores educativos... A la Universidad no llegan los mejores sino los que puedan pagarla. Pero como la enseñanza universitaria está subvencionada y se paga apenas una pequeña parte de lo que realmente cuesta, el engaño y el despilfarro son totales.
Y, por último, otro dato esclarecedor: más del noventa por ciento del dinero que reciben las Universidades de sus autonomías, en algunos casos casi el cien por cien, se va en pagar sueldos. A algunas apenas le sobran unas migajas para todo lo demás: modernización, inversiones, investigación, nuevos planes... En tiempos de crisis, como ahora, los políticos, el color no importa, siguen siendo cortoplacistas y quitan dinero de donde no deberían nunca: de la educación, de la formación, de la investigación. Por eso no levantamos cabeza.