La urna de las pensiones
El chollo con réditos electorales tomó cuerpo con la creación del llamado Fondo de Garantía o 'hucha' de las pensiones.
No podía faltar en la emponzonada campaña electoral un tema como las pensiones, que espolea a 10 millones de votantes. Incluidos los 3,5 de viudas, cuyo subsidio ha sido puesto en la picota por el secretario Granado, para desazón de nuestra ministra Valerio. Otro gol en propia puerta, también por la escuadra, como el del sindicato de putas.
El camino a la demagogia quedó despejado con el Pacto de Toledo, creado en 1995 justo para lo contrario, sacar las pensiones del debate político. Zapatero le dio la primera puñalada con su reforma de 2011 y las sucesivas oposiciones PP-PSOE lo han usado como arma política. Podemos, el partido con más promesas a los pensionistas, apuntilló en febrero el posible consenso y dejó barra libre para que todos hagan cuantas promesas deseen.
El chollo con réditos electoralistas tomó cuerpo con la creación del llamado Fondo de Garantía o “hucha” de las pensiones. Es un artificio contable que nunca ha existido. Los gobiernos siempre tuvieron la astucia de hacer un presupuesto separado para el sistema de Seguridad Social, con sus respectivos impuestos, creándose la ilusión de que no forma parte del Estado. Aunque lo gestionan sus funcionarios y cotizar es obligatorio. El superávit se invirtió en su día en deuda pública y el Estado se prestó dinero a sí mismo. Al final, el dinero vuelve a las mismas manos. Probad con vuestro bolsillo derecho y vuestro bolsillo izquierdo. Ahora dicen que las cotizaciones no llegan y en lugar de aligerar costes y buscar otros ingresos, como en otros países, pues a meter miedo a los jubilados.
Se habla demagógicamente de la millonada “que nos cuestan” las pensiones, sin descontar la partida del IRPF que se queda Hacienda. Como si el ayuntamiento al presupuestar el trasporte no descuenta lo que pagan los usuarios. Se sacan del foco las ventajosas pensiones de funcionarios y políticos, que abona Hacienda directamente con impuestos de todos. Y no llega la ‘carta naranja’ con el cálculo de las futuras, como ordenó la ley de 2011 y reclamaba el PSOE en la oposición.
Los ministros del ramo gustan de comparar la Seguridad Social con un gran trasatlántico. La metáfora sirve si se considera el más importante de la flota del Estado ¡Ojo que nos lo hunden!