La visita ad limina apostolorum (II)
23/02/2014 - 23:00
La visita ad limina de los obispos, como indicaba en el último comentario del Eco, es ante todo una ocasión propicia para la vivencia de la comunión eclesial con el Santo Padre y una llamada a renovar la fe en el único Señor de nuestras vidas, al revivir y celebrar el ardor evangelizador y el testimonio martirial de los apóstoles Pedro y Pablo. Los Obispos, durante los días de la visita, además de renovar ante el Señor nuestro servicio pastoral a las comunidades cristianas que nos han sido confiadas, oramos por todos y cada uno de los miembros de nuestras comunidades para que crezcan en la fidelidad al Evangelio, en la adhesión a Jesucristo y en el amor a la Iglesia. Por ello, la Visita ad limina es también un momento de profunda comunión espiritual entre todos los diocesanos y los obispos respectivos. Para que esta comunión fraterna y filial con el Sucesor de Pedro no se quede en meros propósitos, los Obispos, antes de viajar a Roma, hemos enviado a la Santa Sede una información detallada de la realidad humana, espiritual y pastoral de las diócesis y una relación de las muchas actividades programadas por los distintos organismos de la misma para impulsar la evangelización. Esta información escrita, que recibe el nombre de «relación quinquenal», no es un simple trámite burocrático ni un mero cumplimiento de las normas establecidas en el Código de Derecho Canónico, sino el medio adecuado para que el Santo Padre y los distintos organismos de la Curia romana tengan un conocimiento preciso de la actividad pastoral y evangelizadora de todos los miembros del Pueblo de Dios.
A partir de la lectura atenta de los distintos apartados de la «relación quinquenal», resulta fácil palpar el celo pastoral y la dedicación generosa de los sacerdotes, religiosos y cristianos laicos que colaboran en la misión de hacer presente el Reino de Dios entre todos los hombres, en comunión con el Obispo diocesano y con el Sucesor de Pedro. Partiendo de estas premisas, el encuentro con el Papa Francisco y con los restantes organismos de la Santa Sede se desarrolla en un clima de oración, de diálogo fraterno y de comunión eclesial, buscando en todo momento la mayor gloria de Dios, la salvación de las almas y el mejor servicio al Evangelio. Para que el Espíritu Santo nos acompañe e ilumine en la búsqueda de nuevos caminos para la evangelización y en el mejor servicio pastoral a la Iglesia, os agradezco de corazón vuestra oración. Sabed que todos tendréis también un recuerdo especial durante estos días de la visita ante las tumbas de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. Que ellos intercedan por todos y nos ayuden a renovar la misión evangelizadora.Con mi bendición.