Las cosas de comer

07/03/2011 - 00:00 Luis del Val

 
Nos esperan días broncos. La batalla electoral estará envuelta en la hipocresía de las ideologías, en las falsas divisiones entre progresistas y conservadores, y hasta en declaraciones fervorosas de amor a España y a las respectivas autonomías, pero aquí lo que se juegan son puestos de trabajo. O sea, la nómina. To be or not to be. Más que ser o no ser, estar o no estar en el ayuntamiento de concejal, estar o no estar de diputado en la asamblea de esos parlamentos pueblerinos con los que nos hemos dotado en 17 regiones, o comarcas, o ciudades. Me contaba Andrés Velasco, veterano productor y director de cine, gran aficionado taurino, que en Las Ventas trabó conocimiento y amistad con un mejicano que visitaba nuestros país para asistir a las corridas de la Feria de San Isidro. Pertenecía al PRI (Partido Revolucionario Institucional) en el momento en que el PRI iba de capa caída. Ya es un oxímoron que lo Revolucionario sea, a la vez, Institucional, pero así son las cosas y, sobre todo, las revoluciones. El caso es que le comunicó que estaba decidió a dejar el partido y dedicarse a sus actividades. Al año siguiente, mi amigo le preguntó qué tal le iba en sus nuevas actividades, y le respondió que, tras unos pocos meses, había vuelto al partido. "¿Por qué? Le preguntó mi amigo. Y la respuesta fue determinantes: "Es un error vivir fuera del Presupuesto". Miles de españoles, desde hace varios decenios viven del Presupuesto. Su actividad anterior, si la tuvieron, ha sido olvidada, y estar fuera del Presupuesto se convierte en un asunto en el que juega con las cosas de comer, que son las más serias. Por eso, no es extraño anticipar que vienen días de bronca y de insulto, de resistencias numantinas e incluso de juego sucio.