Las doce uvas

30/12/2010 - 00:00 Charo Zarzalejos

 
Con crisis o sin ella, muy pocos se sustraerán hoy al rito de las doce uvas. Es una vieja tradición en una noche, la de hoy, ultima del año en la que parece una obligación divertirse a costa de lo que sea y como sea. Primero la cena, luego las uvas y, a partir de ahí , esa diversión en muchos casos impostada que en lo que pueda tener de transgresora convoca cada noche de fin de año a miles y miles de ciudadanos. Cuentan las crónicas que para la noche de hoy los precios han bajado un 20%, el alquiler de vestidos ha experimentado un subidón. La crisis se nota hasta en la despedida. Y hoy nos despedimos del 2010 pero no de la crisis que continuará haciendo mella en el 2011. Lo sabemos a ciencia cierta, pero en la noche de hoy, las calles, discotecas y hoteles se convertirán ene l refugio obligado de quienes con ganas o sin ellas se ven impelidos a no dormir. Hay costumbre, rito y quien sabe si una pizca de magia en una noche "obligada". Pensar en la dureza de lo que nos viene no nos debe amilanar y no es cuestión de dejar las uvas en el plato. Nos quedan horas para poder fumar sin que nos multen o nos miren mal, para que desaparezca el cheque-bebe, para que se note en los bolsillos los aumentos de precios ya anunciados. Nos quedan horas para dar una patada al 2010 y recibir con dignidad el 2011. ¿Por qué dignidad?. Pues porque es lo último que hay que perder ante la adversidad y bien sabemos que el año a punto de entrar va a estar sobrado de días adversos. Las doce uvas nos esperan y debemos apurarlas. Cada cual como quiera y como pueda .Muchos, muchísimos con sus familias, en confortables casas y comida abundante, pero en esta última noche del año, son muchos, demasiados los compatriotas que comerán las doce uvas con un nudo en la garganta porque su contrato se acaba, porque no ve salida a su situación de paro, porque está solo en la habitación de un hospital o se ve obligado a cantar algún villancico acompañado de otros ancianos tan solos como el mismo. Estas situaciones dolorosas están ahí desde antes de hoy pero en esta noche que nos lleva al 2011 en la que es obligado divertirse, disfrazarse, olvidarse de todo y casi de todos sugiero un minuto de nuestro pensamiento, una pizca de nuestro corazón para todos esos hombres, mujeres y niños para quienes esta noche, por necesidad, es una noche más. Larga y fría.