Las dos caras de la moneda

08/02/2013 - 00:00 Pedro Villaverde Embid

 
 Si tiramos la moneda al aire contemplaremos dos realidades totalmente opuestas y diferenciadas según el lado del que caiga. Si es cruz se describe un panorama de codicia, ambición desmedida, avaricia, egoísmo, corrupción, saqueo de lo público y cierta picaresca de quienes se benefician en exceso y en perjuicio de otros del trabajo solidario de las ongs. Los datos que cada día se conocen sobre la creciente corrupción en nuestro país llevan a la crispación, agravada por suceder al mismo tiempo en el que se castiga al ciudadano con pagar los platos rotos de la explosión de las distintas burbujas. Mientras unos pocos se lo llevan ‘crudo’, otros muchos sufren desempleo, subidas de impuestos, inestabilidad o precariedad laboral, solo soportable por un cierto funcionamiento de la llamada ‘economía sumergida’.
 
   Es la cara de la moneda que muestra el lado más pobre y mezquino del hombre. Lleva, por otra parte, a una generalización injusta al tiempo que peligrosa. No todo político o institución están corruptos, ni el sistema democrático al que con tanto esfuerzo se ha llegado podrido. Hay que depurar responsabilidades, castigar ejemplarmente la corrupción, separar lo mucho bueno de lo poco malo y devolver la confianza del ciudadano en sus instituciones. Para ello la Justicia tiene que ser ágil y eficaz y los políticos dar más explicaciones de lo que hacen, como pretende el Ayuntamiento de Guadalajara con el llamado Portal de Transparencia. Pero si la moneda cae cara podemos ver el rostro solidario, generoso, sensible, amable, honesto y honrado de las personas.
 
   En estos momentos de dificultades son muchos los que dedican parte de su tiempo a ayudar a los que más lo necesitan. El dinero público escasea y las organizaciones no gubernamentales multiplican sus esfuerzos para paliar la pobreza. Su aportación es lo que evita el estallido social junto a esa ‘economía sumergida’ a la que aludíamos. Al tiempo que muestra el lado más rico y humano del hombre. También desde el Ayuntamiento coordinarán las diferentes ayudas que se prestan desde cada una de ellas para que el reparto sea equitativo y ajustado a lo preciso, evitando esa picaresca a la que antes nos referíamos. Organizaciones como Manos Unidas, además, nos recuerdan que la situación es mucho peor en otros mundos más alejados. Son las dos caras de una misma moneda, la del ser humano en su riqueza y en su pobreza.