Las encuestas tocan a difunto

19/03/2012 - 00:00 Antonio Pérez Henares

 
 

  Todas, absolutamente todas, las encuestas vaticinan que Griñán va a perder las elecciones en Andalucía... y el gobierno de la Comunidad, también. El vuelco es brutal. De diez puntos arriba del PP hace cuatro años a diez abajo. Esa es la foto global y fija. Como lo es la opinión más que general de que el PSOE andaluz está enfangado en la corrupción y que es necesario un cambio en el poder que se ha mantenido durante 32 años apoyado, por supuesto, en la legitimidad de unos votos y unos escaños que llegaron, en el lejano 1982 a los ¡66!. Tan solo una de las encestas, la de Sigma Dos, para el Mundo, apunta, en su tramo peor para el PP, que Arenas podría quedarse en 54 escaños.

  Pero la suma PSOE mas IU sigue sin alcanzar los 55 necesarios para gobernar, porque lo que indica el sondeo es que algunos escaños pueden bailar del PP a UpyD o incluso al Partido Andalucista. Y no es de suponer que ninguna de estas formaciones políticas, los de Rosa Díez ya han expresado su voluntad de dejar paso franco a la lista más votada, esté por la labor de apuntalar algo que se está cayendo literalmente a cachos. La jugada de Griñán no parece que le esté saliendo nada bien. Suponía que los meses de Rajoy en Moncloa y las medidas que se iba a ver obligado a tomar le supondrían un desgaste significativo y le permitiría recortar ventajas y, aunque fuera por los pelos, mantenerse en el poder. Por lo que parece el tiro le puede salir por la culata. A quien le está afectando más y peor es a él. Los ERES fraudulentos, las subvenciones a empresas, amigos y cargos del PSOE, pesan como la peor de las losas y el peso de un 31% de paro termina por hacer aplastante la carga.

  No deja de restar tampoco el "papelón" jugado por el presidente andaluz en el Congreso y su emboscado apoyo a Chacón. Rescatado in extremis por Rubalcaba y nombrado presidente de todo el partido, para mantener una apariencia de unidad y echarle un salvavidas antes de que definitivamente se ahogara en el Guadalquivir, solo ha hecho que descubrir aún más la descomposición y naufragio de un partido que lo fue y lo tuvo todo en una región que consideró como casi de su exclusiva propiedad. Puede haber voto oculto. Pero puede que no se interprete bien en que dirección. Sirva como ejemplo que en las elecciones municipales de Sevilla, los sondeos a pie de urna no concedían la mayoría absoluta a Zoido que según las "israelitas" se quedaba a dos y acabó con 20 ediles y yendo sobrado de tres.

  Pero más allá del hecho trascendental que puede acaecer el día 25, con esa última catástrofe socialista, un factor puede también acabar de alumbrarse en el panorama político español. Y no es otro que la aparición de un cuarto partido en liza con el que ya se tenga que contar en muchas partes del territorio nacional: UpyD. Si logra representación en Andalucía y en Asturias habrá pasado una definitiva prueba de fuego.

  Ya no será únicamente un partido de Madrid, que ya no lo es (tiene un diputado nacional por Valencia también) pero que de lograr este objetivo contará en las cámaras regionales y puede comenzar a ser decisorio en el futuro en la composición de mayorías, como ya tiene llaves en ayuntamientos importantes, y en la formación de gobiernos. Que será, al fin y a la postre, cuando de verdad se juegue para el futuro su ser o no ser. Las encuestas tocan a difuntos para el PSOE y pueden tocar también a clamores por Cascos en Asturias. Si ahora queda por debajo de su antiguo partido ¿qué va a hacer?. ¿Pactar con ellos o permitir que gobierne el PSOE que va a lograr merced a él conseguir al menos ser la fuerza más votada en una comunidad?