Las estatuas que cedió el Ministerio de Defensa a Guadalajara en el año 1868

13/10/2024 - 13:04 Eduardo Díaz

La primera estatua que se instaló en la ciudad fue la de Neptuno, eligiéndose para su ubicación el parque del depósito de las aguas en la calle Zaragoza, denominado como el de las Cuatro Estaciones.

En el siglo XVI, enfrente del Palacio del Infantado, se construyó el Palacio de la familia Montesclaros, perteneciente a la familia de los Mendoza. En su jardín interior se instaló la estatua de Neptuno, esculpida en mármol de carrara en Italia sobre el año 1570.

En 1718 el palacio de Montesclaros pasó a ser la Real Fábrica de Paños, a través de una orden dictada por el Rey Felipe V. A la estatua de Neptuno se unieron las de Mariblanca, Carlos V y la del emperador Adriano. Estas tres estatuas, con antigüedad del siglo XVIII, procedían de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, siendo realizadas por sus alumnos. Se inauguraron en 1791 en la fábrica de Guadalajara con motivo de la visita de Carlos IV que visitó la totalidad de las instalaciones textiles, incluido el edificio del laboratorio de tintes de ropa en la carretera de Fontanar, llamado popularmente como el Laboratorio de los Ingleses.

En el año 1833, la Academia Oficial de Ingenieros se instaló en el antiguo palacio de Montesclaros y allí permaneció hasta el trágico incendio, producido en la noche del 9 de febrero de 1924. El alcalde de Guadalajara de aquella época, el doctor Román Atienza y Baltueña, solicitó al Ministerio de Defensa la cesión al municipio arriacense de las estatuas que adornaban los jardines del edificio castrense. En concreto, fue en una de las sesiones del Concejo de Guadalajara, celebrada el 19 de febrero de 1868. La respuesta a su petición fue aceptada con el visto bueno de las autoridades militares de Madrid. 

La primera estatua que se instaló en la ciudad fue la de Neptuno, eligiéndose para su ubicación el parque del depósito de las aguas en la calle Zaragoza, denominado como el de las Cuatro Estaciones. Fue trasladada en 1969 al pequeño jardín de la plaza del Jardinillo, con el objetivo de que fuese vista por los ciudadanos de Guadalajara y sus visitantes, al ser un lugar céntrico de la ciudad. Recientemente, ha sido restaurada y repuesto su tridente tras estar varios años sin él.

Las otras estatuas restantes estuvieron depositadas durante varios años en unos almacenes municipales situados en la plaza de San Esteban, denominados como los corrales del Clavijo. La primera en salir para su colocación fue la Diosa Venus, llamada popularmente como la Mariblanca, siendo colocada durante varios años en la plaza de Santo Domingo y posteriormente fue trasladada al parque de la Concordia, donde sigue en la actualidad. También se eligió el parque de la Concordia para la ubicación del emperador romano Publio Elio Adriano, estatua que posteriormente fue trasladada de manera definitiva a la entrada del cementerio municipal, donde permanece en la actualidad. Es una estatua de estilo clasicista y se puede observar su actitud de militar romano con capa incluida.

Por último, la estatua del emperador Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico fue trasladada al parque de la Concordia. Tras tener varios emplazamientos, en la actualidad se encuentra a pocos metros de la entrada principal al emblemático parque por la calle de La Carrera.