Las mentiras

31/01/2011 - 00:00 Luis del Val

 
En un par de meses el precio del crudo de petróleo ha pasado de 80 a 100 dólares el barril. La explicación es la crisis de Egipto, pero de Egipto se saca ya muy poquito petróleo, y el aumento del precio tiene mucho más que ver con la especulación que con la lógica. La izquierda anda cojitranca de ideas y el capitalismo camina sobrado de ambición, y entre los tontos de un lado y los estúpidos del otro vamos, de mentira en mentira, camino del desastre. Es mentira que la Unión Europea estuviera intranquila con la dictadura de Mubarak, que estuvo a punto de crear la dictadura hereditaria proponiendo a su hijo como sucesor, y cuando está de verdad intranquila es ahora, porque no sabe cuál va a ser la evolución de la revolución tranquila (al menos de momento). Es mentira que los Hermanos Musulmanes sean pocos y se mantengan apartados del nacionalismo, y es mentira que sean moderados. Al contrario, están muy bien organizados y son tan moderados como lo sea Bin Laden. Si el Ejército recondujera la situación, no hacia un restablecimiento democrático, sino a una prolongación de la dictadura con maneras más suaves, los representantes de la Unión Europea mentirán diciendo que es una lástima que se haya desaprovechado la oportunidad de instalar en Egipto una democracia de corte occidental, y se sentirán muy contentos, porque una democracia, en un país donde la corrupción y la pobreza anda a un mismo nivel, es cuestión de tiempo que los islamistas sean votados por la mayor parte de la población. Es también falso que Estados Unidos esté preocupado por los derechos humanos de los ciudadanos egipcios. De lo que está preocupado es del problema geoestratégico que se produciría con un Egipto, tan cerca de Israel, que siguiera los caminos de Irán. Y, así, entre mentira y mentira, entre la confusión de lo que dice la boca pequeña y lo que pronuncia la boca grande, un montón de personas ganan un montón de dinero con la variación del precio del crudo. Y ahí si que no valen las mentiras, porque el dinero es el juego de la verdad.