Las quinielas del 20 N

14/10/2011 - 00:00 Antonio Casado

 
   A medida que se acerca el próximo aniversario de la muerte de Franco, que este año coincide con las elecciones generales, los sociólogos y los brujos compiten en adivinar el desenlace del 20-N. Los sociólogos juegan con las expectativas de voto, medidas en porcentajes y en diferencias del PP sobre el PSOE. Los brujos hacen quinielas sobre reparto de escaños. Estos de la segunda pretenden anticipar la atribución de escaños, cosa harto difícil cuando la encuesta es global y única a escala nacional. Eso no sirve en un sistema que reparte escaños provincia a provincia.

  Dicho de otro modo: para sondear el número de escaños que obtendrán los respectivos partidos, habría que hacer no una encuesta sino cincuenta, una por provincia, con al menos 600 consultados en cada una de ellas. Si hacen ustedes cuentas verán que habría que consultar a unos 30.000 ciudadanos, cosa que ningún instituto público ni privado está en condiciones de llevar a cabo. De modo que, sobre las muestras que se vienen utilizando a escala nacional en los sondeos ya publicados, y los que están por publicar, podemos aproximarnos a los porcentajes que a escala nacional pueden obtener las distintas fuerzas políticas en liza, pero es absolutamente arbitraria la adjudicación de escaños si los mencionados porcentajes no vienen divididos por 50 (más Ceuta y Melilla, claro).

  Y si vienen divididos, ya me contarán ustedes cuantos encuestados le tocan a cada provincia sobre la muestra total. Sale a 16 ó 20 individuos consultados por cada circunscripción. Y a ver con qué cuajo alguien se atreve a adjudicar escaños con ese trabajo de campo. Pues la verdad es que se están atreviendo, probablemente por presión de quienes encargan las encuestas pero, como se ve, con muy poco rigor. Prefiero el método de un conocido mago de la demoscopia electoral.

   Sostiene que no hace falta mirar las encuestas para conocer el desenlace del 20 de noviembre, punto arriba punto abajo, escaño arriba escaño abajo. Bastaría fijarse únicamente en la expresión no verbal de los asistentes a los mítines del PSOE, por un lado, y del PP, por otro. Vídeos sin sonido, ese es el truco. Sólo mirando las caras. El hizo la prueba el pasado fin de semana. Le quitó el sonido a las imágenes de la Convención Política del PP Málaga, incluidas las de pasillos.

   Y luego hizo lo propio con la Convención que el PSOE había celebrado en Madrid el fin de semana anterior. En ambos casos las expresiones y los gestos de unos y otros lo decían todo. Se sugiere hacer la prueba con un niño, o con un extranjero absolutamente descolgado de la política española, y con sólo ver las caras responderá enseguida, y acertará, la sencilla pregunta: ¿quién crees que va a ganar estas elecciones? Los dirigentes del PP están encantados con el método que, por supuesto, les da la razón.