Las quinielas para suceder a Corbacho
Hay bastante coincidencia en que la sucesión de Corbacho no puede esperar más, en el Ministerio de Trabajo, y que se producirá, con toda probabilidad, a lo largo de esta semana. Se cuenta en La Vanguardia de este domingo lo que dice Miguel Sebastián que los consejos de ministros son como los cumpleaños: "Nunca sabes cuántos te quedan". Y ésta es la situación de indefinición en la que se encuentra el todavía ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que ya tiene las maletas hechas para volverse definitivamente a Cataluña, pero del que sigue sin desvelar quién será su sustituto y, por tanto, hasta cuándo seguirá en el cargo.
El propio Corbacho, desde luego, daba por hecho que, si no se había producido aún su relevo, el del pasado viernes iba a ser su último Consejo de Ministros. Y quizá lo sea... o quizá no, según admiten en la Moncloa. Pese a la urgencia de Corbacho por dejar su cartera ministerial para centrarse a tiempo completo en la campaña electoral de José Montilla y en el futuro del PSC, estas fuentes apuntan que, al menos desde el punto de vista legal, no hay tanta prisa porque no es incompatible el cargo de ministro con figurar en una lista electoral. Hace dos semanas, Zapatero anunció su propósito de relevar a Corbacho "a mediados de octubre". Y aseguró estar sopesando "tres o cuatro" candidatos.
Todo estaba preparado para que el nombramiento del nuevo ministro se produjera el pasado jueves, o al día siguiente a más tardar. Los nervios entre los presuntos candidatos hacía tiempo que andaban disparados, y ante la inminencia de la decisión, incluso en medios andaluces se llegó a dar por hecho que el elegido sería Gaspar Zarrías, número dos en Política Territorial del vicepresidente Manuel Chaves y secretario de política autonómica del PSOE. En la Moncloa desmintieron de inmediato que Zarrías fuera a ser el sustituto de Corbacho, y en Ferraz también dieron por hecho que no será el elegido. Algunos en el PSOE apuntan que podría ser precisamente Chaves quien asuma la cartera de Trabajo. Otros lo niegan. No sería la primera vez, en todo caso, pues Chaves ya fue ministro de Trabajo entre 1986 y 1990, hasta que Felipe González le mandó como candidato socialista a la presidencia de la Junta de Andalucía, donde reinó durante 19 años. Y luego, "funcionan" y se alternan otros candidatos, en las mismas quinielas de ministrables: Octavio Granado, Ramón Jáuregui...
El primer y gran encargo que deberá afrontar el futuro ministro de Trabajo será recuperar el diálogo social con las centrales sindicales, roto tras la huelga general del pasado 29 de septiembre. Y los que apuntan que Chaves será el elegido creen que, como mantendría su rango de vicepresidente, el mensaje de Zapatero con su nombramiento sería dar el máximo rango gubernamental a esta interlocución. Pese a que Zapatero y la Moncloa insisten en que ahora sólo se acometerá el relevo de Corbacho, muchos en el PSOE hace tiempo que reclaman una crisis de gobierno de calado que ayude a remontar el vuelo antes de estamparse definitivamente contra el suelo.
Algunos creen que, ahora que Zapatero ha conseguido un pacto de estabilidad dando barra libre al PNV, sería el momento de dar ese nuevo impulso. Pero en la Moncloa zanjan que el relevo de Corbacho no irá más allá, al menos de momento. Y confían en que el nombramiento de su sustituto, aplazado la semana pasada porque la frenética negociación con el PNV impidió abordar nuevos frentes, se consume en unos días. Otras fuentes socialistas siguen considerando que el mejor colocado para el cargo es Octavio Granado, secretario de Estado de Seguridad Social y responsable de Economía del PSOE. Aunque en las quinielas que han circulado en los últimos meses también figuran Valeriano Gómez, Vicente Álvarez Areces, Ramón Jáuregui o Alejandro Cercas, entre otros. Aunque otros creen que Zapatero, conociéndole, volverá a sorprender...
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