Las redes de tráfico de trabajadores

08/07/2011 - 00:00 LOLA SANTILLANA

En los últimos días hemos conocido la desarticulación de varias redes promovidas por ‘empresarios canallas’ que se aprovechan de los trabajadores y trabajadoras que se encuentran en situaciones más vulnerables y desprotegidas tanto social como económicamente, ‘vendiéndoles’ contratos de trabajo y ‘papeles’ por importantes cuantías económicas.
CCOO considera imprescindible la defensa y respeto de los derechos y libertades fundamentales de los trabajadores porque los derechos laborales están en la raíz de la dignidad humana. No podemos tolerar que nadie se lucre con la explotación de un semejante, ni comerciando con su situación de necesidad. La humanidad ha avanzado lo bastante como para que el tráfico de trabajadores esté universalmente condenado.
Es el factor trabajo el principal determinante de las condiciones sociales en las que se encuentran las personas que dependen de su salario para vivir. Quien tiene un empleo digno y con derechos no tiene necesidad de recurrir a los ‘servicios’ de los empresarios ruines, ni de someterse a la explotación, ni de exponerse en las plazas públicas a la espera de que un ‘pistolero’ le seleccione para embarcar en una furgoneta con destino a una obra, a un viñedo, o a un taller clandestino. Debemos ser conscientes que la mayor precariedad y discriminación se produce con los trabajadores más vulnerables: especialmente, inmigrantes en situación irregular, expuestos siempre a situaciones extremas de sobreexplotación. Pero también las muchas personas –cada vez más- que carecen de empleo y de prestaciones, y que tampoco encuentran ya apoyo familiar porque todo su entorno está en sus mismas circunstancias.La obligación de sobrevivir impulsa la economía sumergida y alimenta la explotación laboral. La situación de necesidad de unos alienta los peores instintos depredadores de gentes sin escrúpulos a los que la sociedad en su conjunto debe mostrar su repulsa; y en concreto las organizaciones patronales deben perseguir, denunciar y repudiar para que no ensucien la palabra “empresario”. En nuestra región, las campañas agrícolas casan su masiva demanda de mano de obra con la masiva necesidad de trabajo de miles de personas, muchas de ellas inmigrantes, lo que es sinónimo de especial vulnerabilidad y, también, de especiales necesidades, esencialmente el alojamiento. Comisiones Obreras lleva años exigiendo durante las campañas agrícolas un mayor control del fraude en la contratación (que ahora adopta nuevas formas para, por ejemplo, evitar la obligatoriedad de facilitar alojamiento) y mayor tensión en la persecución de quienes mantienen a sus empleados en condiciones abusivas y de explotación. En los últimos años hemos avanzado mucho en la regularización de la contratación y en la organización de los alojamientos durante las campañas agrícolas. Este año, la intensidad de la crisis, el altísimo porcentaje de desempleo y las crecientes tasas de desprotección complican de nuevo el normal desarrollo. Siempre hemos demandado la coordinación entre Administraciones -Inspección de Trabajo, Delegación de Gobierno, ayuntamientos, Servicio Público de Empleo y fuerzas de seguridad-  para erradicar el fraude en la contratación y para garantizar un desarrollo ordenado de campañas. El sindicato también se implica con toda su capacidad, mediante campañas de información a trabajadores y empresarios; sensibilización social y denuncia. Las detenciones de empresarios canallas realizadas en los últimos días por las fuerzas de seguridad en Albacete, La Solana, Toledo y Valdepeñas merecen nuestro reconocimiento y nuestro aplauso; y deben servir no sólo para poner a disposición de la Justicia a quienes estaban cometiendo graves delitos, sino también para cortar de raíz cualquier tentación de incurrir en los mismos fraudes y abusos.