Las tablas de la ley de Rajoy
31/01/2011 - 00:00
El prudente líder del PP, aunque para sus rivales tal faceta merece el calificativo de molicie (la reiterada caricatura de los socialistas ) o de cobardía y mojigatería (las muy ruidosas, aunque quizás bastante más escasas de lo presumido, a huestes de la derecha más montaraz), ha dado estos últimos tiempos pasos adelante que están conformando una verdadera estrategia de avance hacía el poder que no sólo sus simpatizantes sino la mayoría de la sociedad española cree que le otorgarán las urnas cuando las elecciones se produzcan. El cuándo es la duda y el por cuánto la materia de discusión.
La táctica de puesta en escena ha sido por una vez -en ello el PSOE siempre les dio las mil vueltas- eficaz y ha logrado su objetivo. Los hitos se han medido con precisión. Primero miraron por el retrovisor y la recuperación de Aznar (acto de partido en León, dejaba de ser un verso suelto) y su rescate como activo y puesta en valor del su Gobierno en materia económica: encontró un 22 por ciento de paro y casi imposible entrada de España en el euro y entro en el vagón delantero y bajo a la mitad el desempleo) primero en Sevilla. Luego echaron los faros carretera adelante. Discurso de confianza y regeneración. Esa es la filosofía global de todo el mensaje en un momento de agobio, angustias y desconfianzas en el futuro y en la capacidad del Gobierno. El "aquí estamos nosotros" debía de complementarse, eso era evidente, con propuestas. Y Rajoy lanzo sus "tablas de la ley", sus "diez mandamientos" en economía (primero) y sociedad( segundo) y por tal orden. A su estilo y sin avanzar en algún caso más que algún gran enunciado, con pies de plomo en escabrosidades autonómicas y algunas concreciones de detalle en temas puntuales (nucleares o aborto).
Enero ha sido por ello un mes verdaderamente decisivo en cuanto a posicionar el ejército del PP y establecer un cierto orden de combate electoral. Y lo ha hecho en un momento en que el rival se enredaba en un melón sucesorio que ni abren ni dejan de abrir pero que está abierto y casi hasta troceado por más proclamas en contrario que enfáticamente se lancen. La convención de Zaragoza respondió exactamente a la suspicaz frase de mi abuelo Valentín: "Dios te libre de la hora de las alabanzas". Las loas a Zapatero parecían las de unas exequias fúnebres. Valdría también la del "Al perro flaco todo se le vuelven pulgas", porque a este partido ya no le sale bien ni aquello en lo que eran maestros: la propaganda. Pero es que ni el genio más genio de todos los genios puede vender como buena a la sociedad española la ulcera del paro, la ceguera pertinaz ante la crisis y la inoperancia de unos médicos que lejos de atajar la enfermedad la han agravado hasta llevarnos a la UVI de Europa. ZP es marca que lejos de vender produce rechazo y que está poniendo en peligro a la propia fábrica que la produce. Claro que cambiar en el momento en que la carrera se acerca a meta ese coche por un modelo viejo no parece la mejor de las ideas. Aunque tal vez sea la única posible para al menos llegar a ella sin perder todas las ruedas.
Es también falso que Estados Unidos esté preocupado por los derechos humanos de los ciudadanos egipcios. De lo que está preocupado es del problema geoestratégico que se produciría con un Egipto, tan cerca de Israel, que siguiera los caminos de Irán.
Y, así, entre mentira y mentira, entre la confusión de lo que dice la boca pequeña y lo que pronuncia la boca grande, un montón de personas ganan un montón de dinero con la variación del precio del crudo. Y ahí si que no valen las mentiras, porque el dinero es el juego de la verdad.