Las vías judiciales
21/01/2011 - 00:00
Por la vía judicial, seamos justos, valga la redundancia, a veces se clarifican asuntos y problemas de envergadura pero que las presiones políticas nos influyen demasiado y así evitan las necesarias clarificaciones. El último ejemplo es la decisión de la Audiencia Nacional de absolver de pertenencia a ETA a veinte cargos de Udalbiltza al establecer que no delinquieron por el hecho de compartir las ideas independentistas de la organización armada.
También declara que tampoco es delito no condenar los atentados. Yo siempre estuve convencido de que para delinquir es necesario cometer un delito, como sería el de apoyar la ideología criminal de ETA o sencillamente cometer sus asesinatos. Jamás puede ser delito en una democracia el profesar una determinada ideología y defenderla por vías exclusivamente democráticas y pacíficas. Aunque esa ideología repugne a la mayoría de la población del país de que se trate. Es algo tan claro y evidente que me sorprende que sea puesto en duda con tanta frecuencia y que se organicen tantos escándalos a su costa.
Lo mismo puede decirse de las vías paralelas a las judiciales, como puede ser la famosa comisión que enjuicia a Toni Blair para establecer o no una responsabilidad del ex primer ministro británico en el impulso y la realización del bombardeo, la invasión y la guerra de Irak. Las responsabilidades por esa guerra ilegal, ilegítima y contra el derecho internacional y la ONU están ahí, sin dilucidar, lo que supone una deuda demasiado importante con la justicia universal. No deja de ser asombroso que se castiguen duramente delitos y comportamientos de escasa trascendencia o proyección, por muy graves que sean, y queden impunes otros comportamientos de inmenso alcance como el citado, incluso entrando en el terreno del genocidio. Por supuesto que no hay que cejar en la persecución de esas conductas de menor alcance, ni mucho menos, pero lo que hay que hacer es perseguir también atrocidades como la iraquí. Y a ser posible no mediante comisiones como la de Blair sino por los tribunales de justicia.