Libia: el futuro
22/03/2011 - 00:00
Si Gila viviera se iba a forrar con la guerra de Libia. "Con permiso de ustedes voy a hacer una llamada importante porque tenemos un follón con la guerra que no nos aclaramos. Oiga, ¿es la guerra? ¿Está el que manda? Que se ponga. Ah, que no manda nadie. Vale. Y pregunto yo, si la resolución de la ONU no pretende ni permite la expulsión de Gadafi, ¿cómo le van a echar: pidiéndoselo por favor, a besos, por sms? ¿Y si decide que se queda en casa y que no sale? Ah, que le cortan la calefacción. Vale, ahora le llamo y le digo que se deje de tonterías y que salga con las manos en alto".
Lo de Libia, como lo de Yemen, lo de Bahrein, y antes Egipto, Túnez y Marruecos y Argelia no es para tomárselo a broma, aunque sea la de Gila, y así lo han entendido 336 diputados del Congreso español que han apoyado la decisión del Gobierno de sumarse a la guerra contra uno de los dictadores -sólo uno de ellos- que hay en África, en Asia o en América y que violan diariamente los derechos humanos, atacan y tiranizan a sus ciudadanos -las armas no son la única y terrible manera de matar- e impiden su libertad y su democracia. Algunos llevan décadas haciéndolo.
El mundo se ha levantado contra Gadafi, pero calla ante todas las demás violaciones y ante todos los demás dictadores. Incluso tiene reglas de juego diferentes que exculpan, justifican y legalizan estas decisiones.
¿Hasta cuándo defenderá Occidente a los ciudadanos libios de su dictador si no buscan la caída de éste? ¿Qué pasará si la OTAN no asume el mando de esta acción, si no hay objetivos claros y si Estados Unidos se retira porque tres guerras son demasiados frentes abiertos incluso para Obama? ¿Dejará Italia que se usen sus bases bajo el mando de Sarkozy y el apoyo expreso del presidente pacifista Zapatero? ¿Quién son los rebeldes a los que apoya Occidente y cuáles son sus objetivos? ¿Qué pasará con los partidarios de Gadafi? Sobre el tapete queda un posible enquistamiento del conflicto y una difícil reconstrucción de un país que va a quedar lastrado durante generaciones. Si no hubiera debajo de su tierra una enorme bolsa de petróleo, ¿habría actuado igual Occidente? A unos países se les embarga, a otros se les invade y a algunos se les ataca.
Y aún más. ¿qué futuro espera al pueblo árabe después de las revoluciones, de la guerra, de tantas muertes? ¿Está la democracia a la vuelta de la esquina? Ningún gobernante europeo sabe si hay alguien capaz de sustentar el tránsito hacia la democracia en África porque ni la Liga árabe ni la Unión Africana son un referente. Se nos llena la boca de progreso, libertad, democracia, pero de momento sólo hay destrucción, dudas e incógnitas. La guerra, decía Gila, tiene cosas buenas y cosas malas. Sobre todo, malas.
francisco.muro@planalfa.es
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