Lío tras lío

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

El comentario
Charo Zarzalejos Periodista
E s muy difícil organizar tanto lío en tan poco tiempo. Solamente desde el vértigo, las prisas y la necesidad imperiosa de lanzar mensajes para que todos sepan que el Gobierno se ha decidido a salir del tancredismo de un discurso carente de compromiso --salvo el de gastar dinero-- y basado fundamentalmente en pronósticos que nunca se cumplen, se puede explicar el auténtico galimatías de los últimos días.
No puede ser que en las actuales y pésimas circunstancias económicas el Gobierno transmita la sensación de haber perdido pie. Y ya se sabe que cuando uno pierde pie, se ve en la necesidad de chapotear, de mover muchos los brazos, y realizar contorsiones que le impidan que el agua no le supere el cuello.
Debemos felicitarnos por la decisión del Ejecutivo de modificar su estrategia, porque la que decida nunca será peor que la llevada hasta ahora. Sin embargo, si no modifica seriamente su forma de hacer las cosas, ni habrá medidas y ni mucho menos la necesaria tranquilidad para afrontar el futuro --el más mediato y el no tanto-- con la serenidad bastante para realizar un diagnóstico acertado del momento presente que permita tomar medidas que ayuden, cuando menos, a salvar el día y día. Sólo tomando conciencia del presente se puede imaginar el futuro con ciertas garantías Es difícil encontrar un Gobierno que en menos de una semana haya puesto al país patas arriba con sus propuestas que luego no son propuestas, con cálculos que están realizados para expertos, y por eso los que no lo somos no los entendemos, con papeles que llegan a Bruselas mientras los portavoces del Pacto de Toledo, necesariamente al enterarse, se quedan como vacas mirando al tren. Es sorprendente tanto error cuando, en realidad, nunca se ha tenido tan fácil para hacerlo bien. Hubiera bastado que el presidente del Gobierno acudiera motu proprio al Congreso y allí, ante los representantes de todos, hubiera explicado sus nuevos planes, su nueva estrategia. No puede ser que Davos le produzca más vértigo que la propia realidad española, ni que para plantear el llamado “pensionazo” se alegue que Alemania y Francia están en ello, lo cual es verdad, sólo que ni Merkel ni Sarkozy han tenido nunca el discurso oficial español, con el añadido que ambos países comienzan a ver la luz al final del túnel y ambos están adoptando medidas de las que en España, el Gobierno --hoy, ya veremos mañana-- no quiere ni oír hablar. Nunca es tarde para rectificar y el Gobierno debe hacerlo. Y hacerlo con urgencia, si no quiere que aumente la ya abultada bolsa de escépticos. Hoy, el Consejo de Ministros va a aprobar medidas para, entre otras cosas, incentivar el empleo juvenil. Visto lo visto es de esperar que lo hagan con más tino, porque hasta ahora todos los anuncios que han hecho sólo han servido para generar desafecto en las demás fuerzas políticas y aumentar la incertidumbre en una sociedad que por lo menos aspira y necesita a tener alguna certeza. Así las cosas, me reafirmo en que la pérdida de posiciones que indican todas las encuestas no es sólo por la crisis. Es que la inteligencia ciudadana ha comenzado a pensar que con este Gobierno no vamos bien. El presidente tiene por delante la mitad de la legislatura y, por lo tanto, tiempo para enderezar, por lo menos, los modos y maneras de hacer las cosas. Empezando por él mismo, compareciendo en el Congreso y no llevando de un sitio a otro a los ministros Salgado y Corbacho para explicar lo que luego ellos mismos rectifican.