Llegan los 'revientamuros'

20/12/2010 - 00:00 Llegan los 'revientamuros'

El Ayuntamiento de Guadalajara se gobierna con prisas. Así al menos lo ha demostrado esta semana el concejal del PP, Jaime Carnicero. El responsable de Obras Públicas e Infraestructuras de la capital debía esperar una resolución de la Comisión de Patrimonio, que decidiría si se podía o no derribar el muro del antiguo recinto ferial. Eso era lo preceptivo y lo que recomendaba la prudencia. Sin embargo, debió pensar que los plazos administrativos y los procedimientos institucionales están para pasárselos por el arco del triunfo. A él le corría prisa y decidió derribar el muro sin encomendarse a nada ni a nadie. Todos los ciudadanos deben cumplir con los plazos establecidos en la legislación, que para eso está. Pero eso no va con Carnicero. Su máquina ‘revientamuros’ ha pasado por encima de la Comisión Provincial de Patrimonio para convertir en escombros parte del que es un bien catalogado por su interés histórico y cultural. Pero no estaba solo. Ha actuado con el beneplácito de su jefe. Antonio Román no ha movido ni una ceja para evitar que uno de sus servidores actuase al margen de la ley en su actividad municipal. Y lo cierto es que esas prisas no coinciden con la pachorra a la hora de cumplir con las exigencias que le hizo esa comisión, que en junio requirió al ayuntamiento la documentación que necesitaba para emitir su edicto. Cinco meses después, el equipo de Gobierno de Román se presentaba en este órgano con las manos vacías y sin documento alguno, pero con la intención de derribar el muro con o sin su visto bueno. ¡Qué más da! Una absoluta falta de responsabilidad por parte de aquellos que dirigen los destinos de esta ciudad sin escrúpulo alguno hacia el patrimonio histórico, que es de todos los ciudadanos. ¿Qué ocurría si finalmente el veredicto de la Comisión Provincial de Patrimonio es negativo al derribo del muro? ¿Acudirían prestos Román y Carnicero, pico y pala en mano, para levantarlo de nuevo con su propio sudor? Esto es lo que pasa por tener un gobierno con tan estrechas miras. Porque una ciudad que no mira a su pasado no puede ser capaz de encarar el futuro con la perspectiva necesaria. Ya lo dijo Antonio Román cuando visitó el parking que se construye en el viejo recinto ferial ante el asombro de los periodistas, que no daban crédito a la vista del estado de las obras. Que el aparcamiento estaría listo antes del 31 de diciembre, caiga quien caiga. ¡Y vaya si ha caído! A este ritmo, es capaz de construir la Torre Eiffel en tres semanas. Por cierto, una infraestructura que los ciudadanos podrán utilizar el próximo año gracias a los fondos del Plan Zapatero, ése que el PP ha denostado hasta la saciedad, que Echániz ha tildado de inútil hace bien poquito y que el propio alcalde dijo que era una ‘engañifa’. Qué triste es ver al alcalde de Guadalajara y a los concejales del PP gobernando para sí mismos, al margen de la legalidad que rige para el común de los mortales y que los representantes públicos deberían ser los primeros en cumplir. A Dios rogando y con el mazo dando. .