Llegó el plan de rescate

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

El comentario
José Cavero, Periodista
O plan de salvamento, o los avales del Gobierno a la banca, o los blindajes a bancos y cajas..., que de todos esos modos se llama a al decisión anunciada por el Gobierno de salir al paso y cooperar con las soluciones internacionales a la crisis, finalmente, hizo que se recuperara la euforia en las Bolsas, el indicador de la marcha de las economías mundiales.
Las Bolsas, todas, registraron avances insólitos, después de unos cuantos “tumbos” y de haber buscado, una y otra vez, un suelo en el que sujetarse, o desde el que reaccionar. ¿Es definitiva esta recuperación de los mercados, o serán precisas nuevas demostraciones de voluntad firme y decidida, por parte de los Gobierno, para sacar a flote la economía? Lo que es evidente es que han sido precisas dos cosas: primera, la aportación a esos fondos de rescate de todos y cada uno de los países afectados por la crisis, desde Estados Unidos a Europa, pasando por Japón. Y segunda exigencia, que se hayan mostrado unidos ante la crisis, en particular, los países de la Unión Europea integrantes del Eurogrupo. Sólo cuando estas condiciones se han dado, se produjo el cambio de tendencia y volvió un optimismo todavía muy provisional, hasta que se compruebe que es duradero y que las cosas han empezado a cambiar.

El Gobierno ha actuado en solitario, y de ello se ha quejado el primer partido de la Oposición, el PP, que se ha visto arrastrado, y a menudo parece que contra su voluntad manifiesta, a adherirse y sumarse, con una tímida exigencia de que todas las aportaciones de los contribuyentes se garanticen mediante comités de seguimiento o de investigación de las futuras actuaciones que tendrán los bancos.

Los bancos, en efecto, son los destinatarios esenciales de esas ayudas y avales, por la sencilla razón porque en ellos está instaurada y desde ellos funciona la econ0omía nacional: en ellos se consigue o se rechaza la obtención de préstamos y créditos, en ellos se resguardan los ahorros de los ciudadanos y de las empresas... Son parte esencial en el funcionamiento de los Estados. Pero existe la sospecha y a desconfianza, que expone Mariano Rajoy, de que esas ventajas y avales que se dan a la banca pudieran servir para su propio y personal beneficio y para sus cuentas y balances. Pero en toda la argumentación empleada por el PP se han producido algunas opiniones o expresiones nada afortunadas, como la de González Pons, que calificó al PSOE de “partido de los bancos”, frente al PP, “partido de la gente de la calle”. Como si, en esta hora, hubiera esa división de propósitos. Se supone que los bancos deberán ser los primero en insuflar liquidez al sistema para que reanude suna actividad bloqueada en los últimos meses por la inexistencia de dineros de caja.

En ese contacto se determinaron las medidas del Gobierno, y en ese clima se produjo el encuentro de Zapatero y Rajoy, que se transformó en una sesión informativa del jefe del gobierno al líder opositor, sin mayores compromisos, y olvidados y superados por la urgencia de los hechos, los encuentros infructuosos de Solbes y Montoro.