Lobos y corderos
08/02/2011 - 00:00
Ya estamos con la misma cantinela de siempre cuando se acercan las elecciones. Los lobos se disfrazan de corderos para utilizar el dinero y las infraestructuras que les ofrece una democracia y un Estado de derecho en el que no creen. ¿Por qué tenemos que creer ahora que se han arrepentido? ¿Por qué tenemos que dar por bueno que su nuevo partido, ese que han presentado en pequeñas dosis está dispuesto a condenar a sus hermanos de ETA? Dicen que rechazan la violencia o la amenaza en cualquier forma, incluidas las que pudiera practicar ETA, pero ni piden perdón por el holocausto causado ni exigen a ETA que abandone las armas. Sólo mirando el historial delictivo de quienes actuaron de maestros de ceremonia y de muchos de los asistentes te recorre un escalofrío por el cuerpo, y si miras sus manos siguen manchadas de sangre.
Afirman los bienpensantes que en los estatutos de la nueva formación se dicen cosas impensables hace algún tiempo, incluso algún periódico ha llegado a titular en portada que "Batasuna rompe con ETA", confundiendo los deseos, de cualquier demócrata, con la realidad, pero yo desconfío. Nos han engañado muchas veces y no alcanzo a entender por qué ¡de repente! los malos quieren convertirse en buenos al olor y al calor electoral. Ellos tienen prisa, pero nosotros no tenemos ninguna. Por eso, no estaría de más que estuvieran una temporadita en cuarentena para demostrar su firme voluntad de conversión. Desconfío de estos conversos del último minuto que se abrazan a una nueva fe, pero no renuncian del todo a sus viejos métodos de siempre por lo que pueda pasar. Otra cosa muy diferente hubiera sido, si en el mismo acto de presentación de este nuevo señuelo se hubieran dirigido a sus hermanos de sangre para que digan ya sin más dilación dónde y cuándo entregan las armas. Si el proceso hubiera sido al revés, si ETA diera el paso definitivo y hubiera dicho adiós a las armas, nuestras sospechas podrían disiparse bajo el velo de la esperanza. Pero no ha sido así. ¿Por qué esta vez tenemos que pensar que va ser distinto que las trece ocasiones anteriores en las que bajo distintas siglas y argucias ETA se ha sentado en las instituciones?
Está claro que la última palabra sobre la legalización la tendrán los jueces, pero en esto como en casi todo la voluntad política cuenta y mucho. PSOE y PP se han puesto de acuerdo, muy recientemente, para evitar que los lobos se cuelen en los ayuntamientos escondidos bajo una piel de cordero y esa unidad hay que preservarla del ruido ambiente para no repetir los errores del pasado. Desconfío de los conversos y después de tantos años de sangre y dolor sólo nos valen los hechos, no vaya a ser que al final seamos nosotros quienes padezcamos en propia piel el silencio de los corderos.