Los antiguos almacenes de trigo en Guadalajara

14/04/2019 - 17:49 Eduardo Díaz

Los primeros depósitos de Trigo en Guadalajara fueron en un almacén dentro del complejo de la Fundación Adoratrices y otro situado en la calle Cuesta Calderón, 

La ciudad y provincia de Guadalajara siempre ha sido conocida por el cultivo de cereales como el trigo, la cebada, el maíz y el girasol. En el rincón de esta semana vamos a recordar a esos grandes almacenes, conocidos popularmente como silos, que en la actualidad se encuentran abandonados y sin actividad en nuestra ciudad.
El Servicio Nacional del Trigo se fundó en Burgos en el año 1937 con el objeto de ordenar la producción, compra y distribución a través de unos almacenes que con el paso del tiempo se denominaron silos. Los primeros depósitos de Trigo en Guadalajara fueron en un almacén dentro del complejo de la Fundación Adoratrices y otro situado en la calle Cuesta Calderón, justo en donde a día de hoy se encuentran las instalaciones de Telefónica. En aquella época los agricultores llevaban el grano hasta los almacenes en carros tirados principalmente por mulas, aunque igualmente se utilizaban burros.
Con el paso del tiempo estos dos almacenes fueron sustituidos por un moderno almacén, el cual fue construido en el barrio de la Estación del Ferrocarril, con el objeto de aprovechar la carga y descarga de cereales en los vagones de los trenes. Ante la gran demanda de almacenamiento, sobre todo en la temporada veraniega, se construyó otro almacén de apoyo en el mismo barrio de la Estación cuya principal misión era la limpieza y almacenamiento de cereales. 


En la ciudad de Guadalajara existían grandes campos de cultivo que eran regentados por conocidas familias de la ciudad como: La familia Fluiters, Paco Nicolás, Melquiades y Mínguez, a la cual se la conocía popularmente como “ Tío Zoro”.  En la temporada alta de producción el Ministerio de Agricultura contrataba a gente muy ruda para realizar las operaciones de descarga de sacos y entre ellos destacaban los famosos: Chamorra, Mariano Fernández “ El Pecero” y Chandolo, a los cuales, debido a su continuo trabajo durante la luz solar, la Ronda del Alamín les dedicó una canción.
Ante el aumento de producción de Cereal en Guadalajara se construyó un macro- silo en el Polígono El Henares que llamaba la atención por su voluminosidad y tener diferente formato a los de los silos. Tras su pomposa inauguración una partida de cereales procedentes de un país americano con mucha humedad produjo grandes grietas y tuvo que ser cerrado durante varios meses para ser rehabilitado. Esta noticia no pasó desapercibida para los diarios de tirada nacional, que bautizaron al nuevo centro como: “ El Monstruo Vencido”.


A partir del año  1971  el nuevo nombre oficial pasó a ser SEMPA (Servicio Nacional de Productos Agrarios) y su finalidad era la de poner orden en un mercado que se empezaba a liberar de forma clandestina. Poco a poco fueron cesando las actividades en los silos e incluso al llegar la jubilación en el año 1985 de su director Ildefonso Díaz, el Centro de Selección de la calle Francisco Aritio fue cedido de forma definitiva al Ayuntamiento de Guadalajara para la creación de talleres municipales. El final del Sempa llegó el 28 de diciembre del año 1995 y ahí comenzó de forma legal la liberación de los precios de los cereales que supuso el cierre definitivo de los Silos y otros almacenes dependientes del Ministerio de Agricultura. En numerosas localidades de la provincia los silos fueron cedidos a sus ayuntamientos para sus actividades lúdicas y otros fines municipales. En Guadalajara capital los dos antiguos almacenes están a la espera de ser adjudicados a algún interesado, tras una primera subasta que quedó desierta y que fue promovida por la Junta de Comunidades de Castilla- La Mancha, la cual es la propietaria de ambos edificios.