Los archivos del suelo

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

El comentario
Enrique G.Jorda, Periodista
En uno de los viajes a la ciudad pacense de Mérida, con motivo de asistir a su reconocido Festival de Teatro Clásico, tuve ocasión de conocer una casa, como otra cualquiera, de la ciudad. La sorpresa fue impresionante ya que el lugar era lo más parecido a un pequeño museo de antigüedades romanas con todas las piezas catalogadas, autorizadas para su exposición y bien conservadas.
El propietario comentó, en tono de chanza, que eso era algo habitual en una ciudad como Mérida en donde el asentamiento romano (Emerita Augusta) fue tan importante que si escarbabas un poco en donde fuera, salía un mosaico romano.

Salvando las distancias, en Guadalajara, como en otras muchas ciudades de España, ocurre algo similar. Es lógico. Han sido tantos los asentamientos durante siglos, que la “historia” surge en cualquier recodo de la urbe por poco que se remueva el suelo. Ahora le ha tocado el turno a la Plaza Mayor, pero imagino que es extensible a todo lo que abarcó la antigua Madinat-Al Faray, aquella ciudad amurallada, con mercados, casas de baño, posadas, alcázares, palacetes y viviendas, que refulgía en el siglo X, e igualmente, a todo el devenir histórico renacentista que enriqueció a la ciudad posteriormente.

Relativamente moderna, la Arqueología Urbana, surge como disciplina dependiente de la ciencia arqueológica y se desarrolla en muchos países europeos entre los años 70 y 80. Se encarga del estudio del patrimonio arqueológico de la ciudad, –denominado por algunos “Los Archivos del Suelo”–, así como de su testimonio arquitectónico o estratigráfico de su historia. En la reunión acontecida en Mérida en 1996 bajo el título de “Ciudades Modernas superpuestas a las antiguas. 10 años de investigación”, se establecieron algunas conclusiones interesantes referentes a la Arqueología Urbana como: mejorar la colaboración institucional de todos aquellos organismos que tienen competencias o deberes hacia el patrimonio para conseguir, entre todos, una mejor gestión del mismo; avanzar en la planificación de la Arqueología desde la investigación y la gestión, estableciendo criterios de conservación y difusión, e igualmente, mantener una buena colaboración con los promotores de la construcción, para que lleguen a ver el patrimonio arqueológico como algo que pueden hacerse suyo y no algo que únicamente entorpece sus intereses económicos.

Sin un buen trabajo coordinado entre los responsables municipales, los técnicos autonómicos y los investigadores cualificados, nada podrá hacerse para colocar en el sitio merecido, los archivos de nuestro suelo.