Los empresarios eligen presidente

20/12/2010 - 00:00 José Cavero

 
Entre los asuntos que parece que tienen prisa en verse resueltos antes de que termine el año -el convenio de los controladores, o los presupuestos generales, que llegan como conflictos vivos hasta ahora mismo-, también aparece la elección del presidente de la patronal CEOE. De hecho, llega a su final la campaña en la que los candidatos a presidir la gran patronal han exhibido un programa de actuación que varía poco de unos a otros candidatos, o por mejor decir, entre las dos opciones a que ha quedado reducida la elección que han de hacer, este martes, los 819 votos hábiles, Joan Rosell de un lado, y la unión de Santiago Herrero y Jesús Banegas, de otro lado. En teoría, deberían vencer estos últimos, si es cierto lo que cada una de las opciones confía en conseguir: los aliados esperan reunir hasta el 63 por 100 de los votos, aunque no van por esa senda las previsiones de muchos de los propios electores. En estas horas finales de la campaña, y cuando ya han entrado en el área de reflexión final, hemos asistido precisamente a esa guerra de cifras final sobre los apoyos con los que cuentan uno y otros, junto con otra guerra complementaria de descalificaciones a la propaganda que ha hecho el contrario. Santiago Herrero ha acusado a Rosell de practicar mercadeo con los votos, y ha sostenido que su candidatura está libre los compromisos e hipotecas que tiene la de su adversario catalán, al acusan de haber cambiado votos por oferta de cargos. De los ataques del candidato andaluz Herrero ni siquiera se ha visto libre el madrileño Arturo Fernández, a quien acusó de haber hecho el paripé de decir que ha hablado con todos antes de decidirse por Rosell. La elección tiene dos partes: este martes, 21, se votará sólo al presidente, y no la junta directiva, cuyos 241 miembros ya han sido designados por las correspondientes organizaciones en función del peso que tienen en la patronal. Tras su elección, al presidente le corresponderá la elección del comité ejecutivo y de los vicepresidentes. No hay duda de que Rosell se siente vencedor. Se ha sentido desde el primer momento, cuando logró el respaldo de los madrileños de Arturo Fernández. Sin embargo, y pese al encontronazo que ambas candidaturas -la de Rosell contra la de Herrero- vienen protagonizando, se observa con facilidad que los propósitos y programas de ambas son muy parecidos, tanto sobre lo que la patronal entiende que ha de hacerse para salir de la crisis como sobre los cambios que se propugnan para la organización interna de la propia CEOE, necesitaba, según coinciden todos, de recuperar un prestigio perdido. La CEOE quiere volver a ser la primera defensora de los intereses y de la imagen de los empresarios españoles, y ambas candidaturas plantean relanzar a la CEOE como una autoridad en el análisis de la política económica y social, "sin hipotecas del pasado". No hay dudas sobre el mal rastro y la pésima herencia de imagen que les deja el antecesor al que se trata de relevar, Gerardo Díaz Ferrán. En un par de días sabremos lo que determinan los empresarios con derecho a voto... .