Los gestos de SK, ZP y MR
01/10/2010 - 09:45
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FERNANDO JÁUREGUI,
PERIODISTA
Vaya por delante que no me encuentro precisamente entre los fans de Sarkozy
A los políticos, definitivamente, les ocurre como a las opiniones públicas: que les va lo frívolo. Estaba pensando en Bibiana Aido y las croquetas de Puri, pero he acabado derivando hacia su jefe y hacia el que se cree el jefe de todos los jefes en Europa, es decir, Nicolas Sarkozy.
Vaya por delante que no me encuentro precisamente entre los fans de Nicolas Sarkozy. La política de gestos por la política de gestos acaba, como todo lo superfluo, en la melancolía improductiva. Y Sarko, que quiere mostrar bien a las claras que es algo más que el presidente coyuntural de la Unión Europea -se siente le roi del Viejo Continente-, anda encaramado en lo gestual, más que en las realizaciones productivas. Convoca en El Elíseo cumbres de banqueros, empresarios y sindicalistas -eso ya lo hizo, en buena parte, Zapatero- sin objetivo prefijado, pero teniendo en mente la fotografía del grupo, que sabido es que la photo opportunity es algo que chifla a todo político de raza.
Ha hecho más el dinámico vecino: dice que va a llamar a una reunión internacional de jefes de Estado y de gobierno, basada en los integrantes del G-8 y con epicentro en Europa. La impresión que da es que se ha olvidado, entre otros muchos, de invitar al presidente del Gobierno español. ¿Será porque ZP, torero él, se atrevió a decir que la economía española se ha situado ya cerca de la francesa y que éramos la envidia de Sarko? Pues no se ría usted: la clase política, hable en francés, inglés o español, es muy sensible a este tipo de provocaciones, en las que con tanta frecuencia incurre nuestro ZP y que tanto irritan al ególatra vecino SK.
Así que bien capaz habrá sido SK de ningunear a ZP tras los arranques de entusiasmo económico del presidente español en las Naciones Unidas. Un error de Sarko, que debería aprender que él no es el dueño de la casa y que España es un país con el que le conviene contar y con el que no es aconsejable enfadarse. Pero ya digo: Sarko es, en esto, algo parecido -en este aspecto concreto, para peor, pienso-- a Zapatero, que se muere por la grandeur teatral. Se lo dijo este martes Rajoy, poco amigo de la farándula -más bien peca de todo lo contrario--: no queremos fuegos de artificio. ¿Será por eso por lo que MR no quiere aprobar los Presupuestos de ZP? Menudo gesto.
Vaya por delante que no me encuentro precisamente entre los fans de Nicolas Sarkozy. La política de gestos por la política de gestos acaba, como todo lo superfluo, en la melancolía improductiva. Y Sarko, que quiere mostrar bien a las claras que es algo más que el presidente coyuntural de la Unión Europea -se siente le roi del Viejo Continente-, anda encaramado en lo gestual, más que en las realizaciones productivas. Convoca en El Elíseo cumbres de banqueros, empresarios y sindicalistas -eso ya lo hizo, en buena parte, Zapatero- sin objetivo prefijado, pero teniendo en mente la fotografía del grupo, que sabido es que la photo opportunity es algo que chifla a todo político de raza.
Ha hecho más el dinámico vecino: dice que va a llamar a una reunión internacional de jefes de Estado y de gobierno, basada en los integrantes del G-8 y con epicentro en Europa. La impresión que da es que se ha olvidado, entre otros muchos, de invitar al presidente del Gobierno español. ¿Será porque ZP, torero él, se atrevió a decir que la economía española se ha situado ya cerca de la francesa y que éramos la envidia de Sarko? Pues no se ría usted: la clase política, hable en francés, inglés o español, es muy sensible a este tipo de provocaciones, en las que con tanta frecuencia incurre nuestro ZP y que tanto irritan al ególatra vecino SK.
Así que bien capaz habrá sido SK de ningunear a ZP tras los arranques de entusiasmo económico del presidente español en las Naciones Unidas. Un error de Sarko, que debería aprender que él no es el dueño de la casa y que España es un país con el que le conviene contar y con el que no es aconsejable enfadarse. Pero ya digo: Sarko es, en esto, algo parecido -en este aspecto concreto, para peor, pienso-- a Zapatero, que se muere por la grandeur teatral. Se lo dijo este martes Rajoy, poco amigo de la farándula -más bien peca de todo lo contrario--: no queremos fuegos de artificio. ¿Será por eso por lo que MR no quiere aprobar los Presupuestos de ZP? Menudo gesto.