Los niños de la calle
01/10/2010 - 09:45
Editorial
Esta semana una nueva realidad ha asaltado nuestras conciencias: la que viven los niños de la calle. El pasado lunes conocíamos la historia de un menor marroquí que llegó de forma ilegal a España y que había acabado refugiándose en un locutorio de la calle Ingeniero Marino.
Se trata de un drama que se repite en más de una ocasión en nuestra provincia. De hecho, en Guadalajara viven y en muchos casos sobreviven un total de 8.400 inmigrantes menores de 18 años. Muchos de ellos llegan junto al resto de sus familias, pero muchos otros logran entrar en la península de manera irregular, en pateras o en los bajos de un camión, y se encuentran solos, sin ningún tipo de acompañamiento familiar una vez que alcanzan su destino final. De entre este último grupo destacan en número los menores de origen marroquí, un total de 1.475. La cifra produce vértigo. Y más si tenemos en cuenta que estos menores sufren el rechazo social, la discriminación, la incomprensión de sus vecinos, el abuso de las mafias, la violencia sexual, sufren la soledad, el tener que vivir al raso, el sentirse desamparados... Son sólo niños, emigrantes de origen magrebí, fundamentalmente, que abandonaron su país de origen siendo muy pequeños debido a la falta de expectativas laborales, al abandono de la escuela y a la precariedad económica de sus familias, la mayoría de ellas numerosas, y que se convierten en niños abandonados, en pequeños desamparados repartidos en barrios, sobre todo, de Ceuta y Melilla, pero también de núcleos de Madrid, Barcelona y otras ciudades de nuestro país, como Guadalajara. Para hacer frente a uno de los mayores dramas actuales ligado al de la inmigración ilegal no queda más posibilidad que la de la concienciación ciudadana, pues los servicios sociales y organizaciones como Cáritas tan sólo pueden hacer parte del trabajo. Las familias de acogida se plantean como el mejor modo de ofrecerles un entorno normalizador que les permita una mejor inserción social, cultural y laboral, que les dé estabilidad. Es un trabajo de nos atañe a todos.