Los peregrinos

08/08/2011 - 00:00 Redacción

Cada día está más cerca la llegada del Papa Benedicto XVI a nuestro país y ya son muchos los lugares de España que han empezado a acoger a los miles de peregrinos que no quieren perderse la Jornada Mundial de la Juventud. Guadalajara no es una excepción y desde el martes ya acoge a muchos de los jóvenes que van llegando a distintos puntos de la provincia procedentes de todo el mundo. En estos días acogeremos a 2.000 jóvenes que, de camino hacia Madrid, se detendrán en nuestra provincia para entrar en contacto con nuestra realidad y con nuestras comunidades cristianas. Peregrinos, procedentes de países como Italia, Perú, Dubait, Botswana, Canadá, Venezuela, Puerto Rico, Dubai,  India, Alemania, Canadá o Estados Unidos. Todos ellos serán acogidos entre la capital y distintos municipios como Cabanillas del Campo o Yunquera. Aunque hay más de 200 familias que han ofrecido sus hogares como lugar de alojamiento, muchos de ellos se repartirán entre el polideportivo San José, que albergará a un total de 388 peregrinos; el colegio El Doncel, donde se instalarán hasta 162; el IES Brianda de Mendoza, que albergará a 218 jóvenes italianos; y el colegio Pedro Sanz Vázquez, donde se instalarán 83 jóvenes, en su caso, brasileños. Es ese apoyo institucional el que ha provocado que se alcen las voces más críticas ante el coste que eso supondrá para las arcas locales de un Estado declarado aconfesional. Desde IU cifran en 50.000 euros el gasto al que habrá que hace frente desde el Ayuntamiento capitalino para coordinar las actividades que se llevarán a cabo y en las que van a participar hasta 10 concejalías. Sin embargo, tanto el alcalde como el propio obispo, restaban ayer importancia a esta polémica. El primero por que asegura que la afluencia de visitantes a la ciudad, en un fin de semana en el que se vacía la capital por las muchas fiestas de los pueblos, supondrá un importante beneficio para comerciantes y hosteleros y el segundo por que asegura que los peregrino pagan alrededor de 200 euros por su estancia en España. Polémicas al margen, bajo esa premisa, habría que preguntarse cuánto han costado los dispositivos movilizados ante el movimiento 15-M o qué coste supuso para la ciudad las celebraciones del ascenso de Depor a Segunda División. ¿No resultaría poco absurdo?