Los reinos de Taifas de la sra. Valdenebro

No es la primera vez que la sra. Valdenebro intenta desatar una tormenta en un vaso de agua con afirmaciones grandilocuentes y sin ninguna mesura con el único objetivo de zaherir, siempre con el Gobierno regional en el punto de mira. Desvela su intención al decir que “la incompetencia de las distintas delegadas provinciales de Educación en Guadalajara ha hecho que el sistema educativo guadalajareño y, en concreto, los alumnos de Bachillerato naveguen a la deriva”. Sra. Valdenebro, injuria a las delegadas para denigrar la labor de todos los profesores y alumnos que estudian Bachillerato. Pásese usted por los institutos y comprobará que ni antes ni ahora nuestros alumnos de bachillerato han tenido perjuicio alguno en la prueba de Selectividad.

Es cierto que el currículo de bachillerato de Castilla-La Mancha no coincide con el de Madrid. Pero las diferencias son mínimas, sra. Valdenebro. El Decreto 1.467/2007, de 2 de noviembre, establece las enseñanzas mínimas del Bachillerato en toda España y el Decreto 85/2008 de la Consejería de Educación establece el currículo de la Comunidad de Castilla-La Mancha. Este último recoge, como no puede ser menos, el nacional y, en algunos casos concretos, muy pocos en realidad, introduce alguna referencia al pasado del actual territorio de Castilla-La Mancha, especificando un tanto algún hecho más general. En todo caso, los estudiantes no aprenden menos sino algo más y la diferencia de currículos es mínima.

Así que es sencillamente falsa o, lo que es peor, absolutamente ignorante la afirmación de que los estudiantes de Guadalajara “han dedicado todo el trimestre a estudiar la taifa de Toledo...”, porque esto es una parte mínima del denso programa común. Le ruego, sra. Valdenebro que lea y compare los dos currículos para opinar con un mínimo de rigor y verá cómo no se puede dedicar un trimestre a estudiar las peculiaridades de la historia de Castilla-La Mancha.

Lo cierto es que en Educación hay, sra. Valdenebro, mucho acuerdo, mucho consenso, mucha coordinación en todos los aspectos entre la Administración y los administrados, y con los centros educativos y los profesores, aunque usted pretenda dar una imagen distinta de la realidad. Conscientes de las diferencias existentes en los contenidos de ambos currículos, la Consejería de Educación y Ciencia y la Delegación Provincial, junto con la Universidad de Alcalá, vienen dando pasos encaminados a elaborar una prueba específica de acceso a la universidad en la materia de Historia de España para los alumnos y alumnas de la provincia de Guadalajara. Esa prueba, una vez elaborada, se ha presentado al profesorado que, en su mayoría, ha solicitado no aplicarla en este curso una vez que ya estaba iniciado. Este mismo hecho descalifica su tono dramático y exagerado, y dice mucho del interés de la Consejería y de la propia Universidad por dar una respuesta más ajustada al programa desarrollado por los alumnos de 2º de Bachillerato de Guadalajara que, como no puede ser de otra manera, ha de ajustarse a la normativa de Castilla-La Mancha.

Coincido con usted, sra. Valdenebro, en que la Administración está para solucionar los problemas, incluidos los que usted pretende crear. Creo también que debe ser más prudente y objetiva al calificar a las personas o su gestión, que usted hace desde el más absoluto desconocimiento, por ejemplo, en el relevo de las delegadas, que para nada afecta negativamente a la marcha de la Administración educativa.

He de indicarle finalmente que probablemente no podía haber elegido peor ejemplo que el de la “taifa” de Toledo, sra. Valdenebro, para marcar las diferencias porque todos los estudiantes españoles deberán conocer la estructura de la España musulmana y las taifas, máxime si existieron en su territorio. En el bloque dos de contenidos del currículo nacional, entre otros, se incluye “Origen, evolución y diversidad cultural de las entidades políticas peninsulares en la Edad Media: reinos cristianos y Al-Andalus. Las formas de ocupación del territorio y su influencia en la estructura de la propiedad.”Ahí se confiere el estudio de las “taifas”. Desde luego, Madrid perteneció a la “taifa de Toledo”. Lo refleja expresamente Leandro Fernández de Moratín en sus famosas quintillas “Fiesta de toros en Madrid”, cuya lectura le recomiendo. La primera de ellas dice así: “Madrid, castillo famoso / Que al rey moro alivia el miedo, / Arde en fiestas en su coso, / Por ser el natal dichoso / De Alimenón de Toledo…”