Los reyes y la Casa de Piedra

25/10/2015 - 23:00 Luis Monje Ciruelo

La información que publicaba nuestro periódico la semana pasada en primera plana sobre el futuro de la Casa de Piedra de Alcolea del Pinar me ha hecho evocar la visita de los Reyes, don Juan Carlos y doña Sofía, a Alcolea el 20 de abril de 1978, fecha que es para mí efemérides personal y profesional puesto que promoví la visita de los Reyes con una crónica en ABC, de acuerdo con las propietarias de la Casa, Patricia y María. En la crónica en que invitaba a los Reyes a la visita con ocasión de su viaje a la provincia, les recordaba que su abuelo, Alfonso XIII, paró también en la Casa de Piedra en 1928 al ir a inaugurar en Molina deAragón el monumento al laureado Capitán Arenas. Le asombró tanto la obra de Lino Bueno, que le concedió la propiedad de la vivienda en la roca que le negaba el Ayuntamiento después de 20 años de trabajo para perforarla “a ratos perdidos”, como él decía, y le otorgó la Medalla del Trabajo. Semanas después llegó el padre de los Reyes, el infante don Juan de Borbón, quien también, como a Alfonso XIII, fue obsequiado con rosquillas y magdalenas caseras. Y añadía en mi crónica que las hijas de Lino Bueno les habían preparado también el mismo obsequio si les hacían el honor de visitar su casa en su viaje a Guadalajara. El gobernador Civil, Fernando Domínguez se rió cuando le dije que yo iba a cambiar el itinerario del viaje real. Pero pocos días después, la Casa Real comunicó al gobernador civil que los Reyes se detendrían en Alcolea del Pinar. Y la invitación se repitió, y los Reyes la aceptaron y se dejaron besar por las dos hermanas sentados en modestas sillas de anea. Sobre una mesita había unas bolsas con rosquillas y unos tarros de miel de la Alcarria. “Para los niños”, dijo Patricia. Los niños eran el futuro Rey don Felipe VI y las infantas DªCristina y DªElena. Yo fui el único periodista presente, autor también de las fotografías que ilustraron en ABC y Nueva Alcarria el reportaje de la visita real, recogido en mi libro Guadalajara desde el Ayer. Y no quiero terminar sin reproducir el párrafo final de mi reseña en ABC: “En la ceremonia del ayuntamiento, al bajar de recibir la Medalla de Oro de manos del alcalde, Agustín de Grandes, el Rey me reconoció como el periodista que le había cambiado el itinerario y me tomó del brazo diciéndme:”¡Cuánto te agradezco, Ciruelo, el buen rato que gracias a ti hemos pasado en la Casa de Piedra! ¡Qué emocionadas estaban las dos hermanas! –“Es cierto, Majestad –le respondí. Pero soy yo quien debe daros las gracias por la visita”