Los sátrapas africanos
Un sátrapa aprende de otro, Gadafi vio cómo los manifestantes de la Plaza Tahrir le vacilaban a los tanques de Mubarak, y ha decidido que esta vez a él no le va a pasar lo mismo. Con total descaro envía a sus cazas a ametrallar a la multitud indefensa, la tragedia se cuenta en centenares de muertos pero también se vuelve contra Gadafi porque el ansia de libertad no se calla con balas. Sus cazas podrán dar pasadas como avispas asesinas tantas veces Gadafi lo mande pero no lograrán callar la voz del pueblo. El nivel de hartazgo se mezcla con el paro juvenil, con las escasas esperanzas de futuro y con el hambre; demasiada tóxica la combinación como para que no explote en cualquier momento.
Gadafi, Mubarak o Ben Alí (los dirigentes cuestionados hasta el momento) han sido unos cómodos aliados de occidente durante décadas, son sátrapas con trienios, mamelucos a sueldo de occidente. Aquí se le han reído las gracias, se le han aplaudido las insolencias, se les han aceptado regalos porque cumplían la función del "dictador tapón": tener a sus ciudadanos a raya y bastante dóciles. Lo que le pasara al pueblo egipcio, tunecino o libio, a Europa le ha importado bastante poco. De hecho la reacción que hemos tenido no ha podido ser más lamentable. La historia juzgará a los funcionarios de Bruselas que no han estado a la altura, pero es deseable que antes les juzguen sus propios votantes por una estupidez que roza el límite de la troposfera. De otra manera no se explica que Catherine Ashton esté más preocupada por las olas migratorias que pueden llegar a las costas europeas que por las reivindicaciones de egipcios, tunecinos y libios. La señora Ashton pierde una buena oportunidad para decir de parte de quién está la Europa de los derechos y la que defiende libertades que luego no quiere ver fuera de sus fronteras. Más bien parece que con Gadafi vivíamos mejor, él sometía a su pueblo pero los demás hacíamos negocios con el petróleo.
Decía la ministra de Defensa, Carme Chacón, en un desayuno de Europa Press
que "Europa ha sido muy benevolente" con Gadafi. Así ha sido, pero tampoco
Europa es una realidad extraña para la señora Chacón, ni para los gobiernos de
España que han tenido trato con el dirigente Libio (aquel que le llegó a regalar
un caballo a Aznar cuando era presidente). Uno espera que Europa, aunque sea
tarde, reaccione y se ponga de parte de los débiles a los que el dictador
machaca sin piedad gracias a sus aviones y a unas armas que (lo más seguro) le
hayamos vendido nosotros con ánimo de hacer negocio. Eso siempre se nos ha dado
muy bien, tanto como presumir de democracia.