Los sindicatos hacen teatro
01/10/2010 - 09:45
El comentario
Antonio Casado
Las manifestaciones sindicales del martes pasado, y las que han de llevarse a cabo hasta el 6 de marzo, responden al esfuerzo conjunto de CC OO y UGT por escenificar su independencia del Gobierno. El pretexto es el llamado pensionazo aunque todo el mundo sabe que el alargamiento de la vida laboral hasta los 67 años es una simple propuesta, formulada en el contexto del Pacto de Toledo, pensado precisamente para impedir actuaciones unilaterales.
De hecho, prácticamente todos los análisis no relacionan estas movilizaciones con la eventual reforma del sistema de pensiones que plantea el Gobierno sino con la posición de los Sindicatos ante la gestión gubernamental de la crisis económica. Un efecto lógico de la presión ejercida contra los Sindicatos por la derecha sin complejos, la que practica el tiro al blanco contra Zapatero y les acusa de venderse a las subvenciones oficiales cuando tendrían que estar señalando al Gobierno como culpable de los cuatro millones largos de parados.
Las movilizaciones reaniman el coro político y mediático más próximo al PP. Una nueva ocasión de arremeter contra las dos grandes centrales sindicales, por su pasividad ante la crisis, por carecer de espíritu crítico ante el Gobierno, por vivir del cuento en un gran tinglado burocrático de bajo nivel de afiliación, por su flojera ante la política de Zapatero, por estar más preocupados de mantener sus privilegios que por exigir responsabilidades a los causantes de la destrucción del empleo, etc. Como escenificación del intento sindical de distanciarse del Gobierno tampoco son creíbles estas marchas. Inesperado e innecesario intento, pues no es de peor condición cooperar con Zapatero que declararle la guerra. Lo malo es querer aparentar lo que no es. En resumen, que los sindicatos se echan a la calle pero poquito, sin exagerar, sin romper platos, sólo un ratito. Si además no consiguen calmar a quienes rabian por la flojera sindical en el acoso y derribo de Zapatero, pues están haciendo un pésimo negocio con sus movilizaciones de estos días.
Movilizaciones preventivas, insisto, porque las propuestas del Gobierno sobre pensiones, que acaban de ser enviadas al Pacto de Toledo, aún están muy lejos del BOE. Y tampoco aplacan a quienes llevan dos años preguntándose dónde están los sindicatos. Es la segunda advertencia preventiva de los sindicatos en los tres últimos meses. La primera fue el pasado 12 de diciembre (Que no se aprovechen de la crisis. El trabajo, lo primero), más contra los empresarios que contra el Gobierno, por si se les ocurría acordar un despido más fácil y más barato. En ninguno de los dos casos estamos ante un desmentido a quienes llevan cosida a su discurso la dichosa pregunta: ¿Pero dónde están los sindicatos? Seguirán cargando con el sambenito.