Los síntomas de la crisis
01/10/2010 - 09:45
Editorial
El Índice de Precios de Consumo (IPC) bajó cinco décimas en julio, debido especialmente a las rebajas de verano, pese a lo cual la tasa de variación interanual de inflación aumentó tres décimas y se sitúa en el 5,3%, la más alta desde diciembre de 1992, según los datos del Instituto Nacional de Estadística.
En Guadalajara la situación no es muy diferente. Aunque el descenso no fue tan acusado, tan sólo fueron tres décimas de respiro las que se contabilizaron en la provincia, en lo que va de año los precios han subido incluso por encima de la media nacional. Según el Ministerio de Economía dos de las tres décimas de subida del IPC interanual de julio se deben a la subida del 88% experimentada por el precio del petróleo en un año, y la otra décima de alza interanual se debe al comportamiento de los elementos relacionados con el turismo, el transporte aéreo, los hoteles y los viajes organizados. Pero más allá de explicaciones puntuales, lo que a nadie se le escapa, ya, es que la recesión es más profunda de lo que en un principio se preveía, y eso a pesar de que el Gobierno sigue haciendo gala de su optimismo y estima que la inflación empezará a bajar en agosto y cerrará el año por debajo del 4%, eso sí, siempre que se detenga la subida del precio del petróleo. Pero el IPC no es el único dato económico que nos indica, por si alguien no se había dado cuenta aún, que hay que empezar a apretarse el cinturón. Tanto es así que el Consejo de Ministros extraordinario que se celebrará este mes de agosto tiene, entre otros objetivos, hacer entender a la opinión pública el previsible mal dato del crecimiento económico que se ha registrado durante el segundo trimestre del año. Por que no se trata unicamente de los precios, sino también del desempleo y de la ralentización del crecimiento. Tres factores que se convierten en los principales causantes de la mala situación económica a la que todos tenemos que empezar, queramos o no, a hacer frente.