Los valores positivos del catolicismo

26/11/2010 - 18:46

La próxima celebración, en agosto del 2011 en Madrid, de la XXVI Jornada Mundial de Juventud, un acontecimiento eclesial en el que los católicos expresan de un modo extraordinario y festivo su fe en Jesucristo, es lo que ha motivado que la denominada Cruz Joven haya recorrido una veintena de localidades de la provincia.

Desde la organización aseguran que con este evento se trata de favorecer el encuentro personal con Cristo; tomar conciencia más clara de la vocación de todo bautizado, llamado a convertirse en misionero; y redescubrir los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía, que fortalecen la vida cristiana. Un acto emotivo y significativo, con el símbolo de la cruz, que ha sido respaldado por miles de jóvenes durante su recorrido. Resulta sorprendente que este fenómeno religioso tenga calado en la conciencia de tantos jóvenes, en un momento en el que lo material se abre paso con una enorme fuerza y se sobrepone en muchas ocasiones a los valores humanos y espirituales. Resulta satisfactorio ver que hay tantos muchachos y muchachas que desarrollan su integridad humana en torno a valores cuya aportación positiva a la sociedad es innegable, aunque se pueda compartir o no su fe en Cristo. Para muchos de ellos supone una forma de ocio y vida. La Cruz se convierte en referencia para desarrollar sus relaciones personales en un entorno saludable, física, mental y espiritualmente. En cualquier caso, supone un refuerzo de su personalidad que en el futuro les ayudará, sin duda, a crecer humanamente con criterios propios y capacidad de discernir entre lo que está bien y está mal. El laicismo es igualmente respetable siempre que se edifique sobre los valores como la solidaridad, compartidos igualmente por muchas religiones. Laicismo y religión pueden convivir, siempre bajo estas claves. Por ello, las instituciones deberían utilizar la libertad religiosa como instrumento para impulsar el respeto mutuo.