Luchar contra la lacra de la violencia de género

25/11/2023 - 18:00 Redacción

Todos los días deberían ser 25 de noviembre para plantar cara unidos a la lacerante lacra de la violencia machista.

Todos los días deberían ser 25 de noviembre por la actividad de repulsa y concienciación que alrededor de esta fecha se produce en la sociedad contra una de sus más lacerantes lacras, la violencia de género, aquella que se ejerce contra la mujer por el hecho de ser mujer, que en ocasiones- cincuenta y dos en lo que va de año- lleva a la muerte, pero en muchas más, no contabilizadas gran parte de ellas, queda en lesiones, agresiones, vejaciones, humillaciones, miedo, maltrato físico o psicológico, en el padecimiento de un infierno en el propio hogar. La condena es cada vez mayor a nivel tanto institucional como ciudadano- aunque haya negacionismo de la evidencia-, los recursos destinados a la ayuda a las víctimas, que son tanto las mujeres como sus hijos, crecen en cada ejercicio presupuestario y sin embargo los resultados cuantitativos en cuanto a crímenes consumados no solo no se reduce sino que este año, respecto a 2022, se han incrementado. Detrás de cada cifra, de cada dato estadístico, sin duda necesario para calibrar la dimensión de esta realidad, existe una persona, una familia que sufre. Cuando les ponemos cara es cuando más nos damos cuenta del horror de una situación que parece propia de una civilización subdesarrollada pero que se produce en pleno siglo XXI también  en países con altos niveles de bienestar y cultura. Contra la barbarie solo queda la insistencia en la lucha, no permitir que se niegue que este tipo de violencia existe, aunque haya otras también condenables, aislar al maltratador como una especie apestada, educar, en especial, a las nuevas generaciones en igualdad y respeto, sensibilizar sobre este sufrimiento que muchas mujeres padecen en su propia casa o en la calle ante el temor de que aparezca el agresor y denunciar cualquier caso que conozcamos en nuestro entorno, aunque sea una mera sospecha, porque solo entre todos, mujeres y hombres, podemos acabar con esta manifestación salvaje y extrema de la desigualdad.