Magdalena atrae todos los rayos

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

OPINIÓN
JOSÉ CAVERO
¿Qué tiene la ministra Álvarez, que una y otra vez atrae sobre su persona y su gestión toda clase de rayos y tormentas? Algunos medios informativos han hallado su chivo expiatorio y no cesan en críticas y ataques.
Es verdad que casi todo ha fallado, una vez más, por virtud de una nevada, ni siquiera espectacular ni histórica, pero ha coincidido en el tiempo con las huelgas más o menos ocultas y larvadas de controladores y de pilotos de Iberia. Fallaron las previsiones meteorológicas, que llegaron tarde, pero también fallaron las carreteras autonómicas, y las vías municipales, pero todo se resume y se concentra en doña Magdalena, la deslenguada, que no tiene inconveniente en proclamar que sí, que las culpas deben repartirse entre muchos, aunque, para simplificar se resuman y concentren en ella sola. Hasta el punto de que termina por dar algo de lástima, esta ministra “de todos los truenos”.

Cabe suponer que Zapatero se ha planteado más de una vez la conveniencia de sustituirla, pero parece que sigue teniendo fe más o menos ciega en su colaboradora recomendada, según se ha relatado, por Manuel Chaves. ¿De verdad es tan mala, nefasta, ineficaz, y lo son también sus colaboradores de Fomento? Cuesta creerlo. Sencillamente se ha convertido en la expresión de todos los males posibles; nos faltaba comprobar la prepotencia de algunos de sus funcionarios. Me refiero a los controladores, que llegan a advertir que ellos son el único colectivo que puede derrocar un Gobierno, y que tienen poder suficiente para paralizar España. Demasiado a menudo se comprueba que es así...
Estos ilustres ‘funcionarios de Magdalena’, y los no menos ilustrísimos y bien pagados pilotos de Iberia, todos ellos están completando un retrato atroz de la situación de las infraestructuras españolas, por encima de una Terminal Cuatro modélica y de unos trenes de alta velocidad que también fallan en momentos cruciales. El firmante llegó ayer con hora y media de retraso a Barcelona, y no caía un solo copo de nieve. Pero la megafonía no paró de proclamar que la climatología originaba el retraso y un parón de más de media hora en la terrible estepa aragonesa...
Falló casi todo, y de nuevo nos da bastante vergüenza tener un país al que paraliza una nevada, pero por la conjunción de unos cuantos responsables. Magdalena no es más que la reunión de todos los males de un país que no termina de salir de los tiempos de la chapuza nacional, por grandes que sean las inversiones en infraestructuras y la formación profesional de nuestros técnicos. ¿Acaso ni nieva en Suiza, en Alemania, en Holanda y todo funciona ‘como Dios manda’?. Aquí, no.