Maldito 2009

Lo escuchábamos y nos negábamos a aceptarlo, pero con tanta insistencia andábamos con la mosca detrás de la oreja. Sin embargo a pesar de ello nuestro lado más patético ha salido a relucir otra vez, una vez más son los propios vecinos de Guadalajara los que damos un paso al frente para quedarnos con lo que nadie quiere: el dichoso ATC. El primer aviso lo tuvimos con el alcalde de Yebra que nunca quiso desmentir los rumores que situaban la instalación en su municipio y ahora sólo faltaba Padrino, el alcalde de Almoguera, que para lo bueno y para lo malo siempre va por libre y que ha dicho abiertamente que si lo van a poner al lado pues mejor que lo pongan en su pueblo. ¿Y qué dice su pueblo? Eso es lo que Padrino debería preguntarse a sí mismo y preguntar de paso a sus vecinos porque quizás si hubiese mostrado su “jugada” cuando se celebraron las elecciones no habría sido elegido en las urnas. No hay duda de que Padrino y su equipo de gobierno están legalmente capacitados para tomar decisiones que afectan a su pueblo, pero deberían plantearse si tienen la autoridad moral para tomar un acuerdo que afecta a su pueblo, a todos los municipios de alrededor y al resto de la provincia. Creo que en este asunto las instituciones provinciales y regionales y los propios partidos políticos sin distinción deberían unirse para evitarlo porque no puede pesar más la decisión de un solo pueblo que la de toda una provincia cuando toda la provincia se a ver afectada. Y no quiero hablar de la “cuota de solidaridad” porque hemos usado tanto el término que ya ha quedado vacío de contenido, es como la canción de la Jurado “se nos acabó el amor de tanto usarlo”.
Definitivamente el 2009 está siendo un mal año: la sombra del ATC nos acecha, el trasvase del Tajo Segura va a seguir indefinidamente (da igual que el agua se vaya a Murcia, a Madrid o a la Mancha), y la crisis nos azota sin piedad. Ya se ha fijado en Nestlé, Tudor, Iberofón y en cientos de pequeñas empresas… Tampoco se ha olvidado de los medios de comunicación y además de llevar al paro a decenas de compañeros borrará de un plumazo en unos días este espacio de opinión. Y mientras tanto en Guadalajara seguimos solucionando los problemas, como siempre, hablando y hablando sentados en el banco de la plaza del pueblo. Así nos va…
Nuria Fernández