Malestar empresarial en la cuarta ola

19/04/2021 - 11:03 Redacción

En esta cuarta ola sigamos apostando por la responsabilidad  pero sin olvidar que nuestras empresas están con la salud y que son lugares seguros porque son los primeros interesados en que así sea.

El reforzamiento del nivel 3 ha agotado la poca paciencia y, lo que es peor, resistencia, que les restaba a casi todos los pequeños o medianos empresarios, y autónomos, que otra vez se han visto obligados a cesar en su actividad sin esperarlo, sin tenerse en cuenta sus inversiones para cumplir con los protocolos debidos, las expectativas, o el día a día de sus negocios. Ayer domingo hicieron sonar el claxon por las calles de la capital, mostraron su indignación, frustración, impotencia, indefensión ante una situación que les supone un perjuicio económico, en muchos casos insoportable. Miles de empleos, de familias que viven de la hostelería, el turismo, la cultura, el deporte o el comercio, se ven abocados al cierre, al paro, a la precariedad. Nadie discute el valor supremo de la salud, que el interés general implica limitación de la actividad y la movilidad para frenar el avance de los contagios, que la superación de la pandemia es la única solución definitiva a la crisis económica derivada de ella. Nadie pone en duda la complejidad en la adopción de medidas que implican ponderar intereses y necesidades vitales, ni menos la buena voluntad de quienes deciden, pero todos vemos contradicciones como tener cerrados restaurantes, teatros o gimnasios en la capital y abiertos a pocos kilómetros estos mismos servicios; que se decida cerrar museos pero no monumentos llegando al extremo de que en el Palacio de la Cotilla se pueda visitar el Salón Chino pero no el salón de Buero Vallejo ubicado en el mismo pasillo, que no se opte, en lugar de decretar el cierre, por la limitación de aforos y las distancias interpersonales cuando empresarios y clientes han demostrado mayoritariamente el cumplimiento de todos los requerimientos que se les realiza. En esta cuarta ola sigamos apostando por la responsabilidad  pero sin olvidar que nuestras empresas están con la salud y que son lugares seguros porque son los primeros interesados en que así sea. Se debe extremar la vigilancia en la observancia de las precauciones, pero hay que dejar trabajar porque la situación es insostenible.