Maneras de informar
15/06/2013 - 00:00
Es cierto que este tipo de publicaciones existe en muchos lugares gobernados por ediles de los diferentes signos políticos y desde hace años. Por ello nuestra reflexión en voz alta de esta semana no es una crítica dirigida exclusivamente al equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Guadalajara que de forma legal, siguiendo los procedimientos marcados, ha puesto en marcha sus propios medios de comunicación, faltando, es opinión, al respeto a las televisiones, radios, prensa escrita y digital de esta ciudad cuando considera- y así lo afirma- que nuestra labor de informar a la ciudadanía se realiza de forma insuficiente y escasa, por tanto inútil. Una carencia en regla la que sufren los ciudadanos de Guadalajara en su derecho constitucional a saber lo que pasa, que ahora, gracias a los gobernantes o mejor dicho a quienes están en el gobierno, se complementa o suple con una publicación que muestra la ciudad perfecta, en vísperas del maratón de cuentos. Ninguno de los que se narren este fin de semana alcanzará tanta fantasía e ilusión.
Aquí ni siquiera hay emoción o sentimiento. La publicación es totalmente plana. Ni se firman las noticias, ni las fotos, ni los políticos analizan nada, ni hay una sola línea crítica con la gestión municipal. La maquetación resulta, además, de lo más aburrida. Simplemente se gasta un dinero, explican que a costa de la revista Tragaluz que esa en cambio sí la guardábamos muchos como guía de ocio, para vender a los electores una imagen idealizada. Le llaman servicio pero, repetimos, éste ya está suficientemente prestado en la ciudad por los medios que perviven a la crisis y por las diferentes iniciativas de compañeros que buscan ganarse la vida ejerciendo la profesión por la que sienten vocación. Lo único, que ofrecen algo de empleo. Afortunadamente el abanico es lo suficientemente amplio para que los lectores, televidentes u oyentes puedan elegir por quién quieren ser informados. Todas las opciones, cada cual con su línea editorial, aportan pluralidad, contraste, variedad y una imagen de la ciudad más acorde con la realidad. En tiempos de vacas flacas, donde la libertad sigue siendo una de las mayores conquistas, debemos reivindicar el periodismo con mayúsculas. Los políticos deben estar delante y no detrás de los medios.