Maratón de cuentos

11/06/2021 - 16:37 Redacción

Convertido en patrimonio de Guadalajara es fruto de muchos factores que hoy debemos resaltar.

La ciudad de Guadalajara celebra desde hoy viernes, durante 46 horas, el acto más importante de su calendario anual, fecha para disfrutar y sentir el orgullo de haber construido un patrimonio inmaterial que se ha convertido en seña de identidad en el mundo, cita obligada en el campo de la narración oral. Es fruto de muchos factores que hoy debemos resaltar. El primero, una buena idea, la que nació en 1992, con Blanca Calvo como alcaldesa y que apadrinaron con su presencia contando en aquella primera edición grandes personalidades del mundo de las letras. Y esa idea cuajó, creció, se fue complementando con actividades paralelas y se extendió con maratones viajeros por otras localidades. El público, miles y miles de personas asistiendo cada edición, principalmente al Patio de los Leones, pero también a otros escenarios alternativos, y narrando historias durante dos días y sus dos noches, es el alma que toma cuerpo gracias al tesón, ilusión, experiencia, fuerza y afán de superación del Seminario de Literatura Infantil y Juvenil, hoy presidido por una entusiasta Concha Carlavilla y que cuenta con un equipo de voluntarios que redobla esfuerzos para hacer viable su nada fácil organización,  gracias al corazón puesto en él.

La profesionalidad adquirida, el nivel alcanzado, contar con la participación de los más importantes narradores al tiempo que permitir a cualquier ciudadano la oportunidad de subirse al escenario, la extensa y variada programación, la belleza de los escenarios- tanto el central como otros monumentos de la ciudad o la propia calle donde se celebran espectáculos-mantener la esencia con que nació y la implicación de las administraciones (esta semana tanto Ayuntamiento como Diputación han renovado convenio para su financiación), así como Gobierno regional, obran que el Maratón, fiesta del reencuentro de toda una ciudad, que recibe además visitantes, sea motivo de felicitación colectiva, de alegría compartida, más aún en esta edición que supone, aparte de un aniversario, el retorno a algo parecido a lo que entendemos como normalidad. Muchas personas guiando a los asistentes, evitando aglomeraciones, velando por el cumplimiento de las restricciones lo permitirán. A ellos gracias y a todos nuestro deseo de felicidad en este fin de semana con la llamada a la prudencia que  nos obliga.