Más allá de los idu de marzo
28/02/2011 - 00:00
Debe de ser duro para un político al que le han hecho la ola hasta hace dos días que ahora buena parte de sus compañeros lo que suspiran es porque anuncie cuando antes su fecha de caducidad. Sí, debe de ser duro para Zapatero saber que muchos de los presidentes de comunidades autónomas y muchísimos alcaldes, le ven como una rémora, como una pesada piedra atada a su cuello, que no saben como quitarse de encima.
Esto es de lo que se habla entre los socialistas, la fecha en que Rodríguez Zapatero anuncie que no se vuelve a presentar como candidato a presidente de Gobierno.
En realidad, algunos dirigentes autonómicos se lo vienen sugiriendo, con más o menos claridad, desde hace tiempo, sobre todo porque las encuestas no dejan lugar a dudas: una inmensa mayoría de ciudadanos no quiere que Zapatero repita, pero lo que es más impresionante es que son precisamente los votantes socialistas los que menos quieren que repita.
Y dado que este es el clima no es de extrañar que en los conciliábulos socialistas se baraje la fecha del 26 de marzo como el día en que Zapatero podría anunciar que no repite. Ese día se reúne el Comité Federal y sería, según algunos socialistas, la ocasión ideal para que el presidente despejara su futuro y de paso el de su partido.
Este fin de semana se reúne el Comité Federal para aprobar la lista de candidatos a las elecciones autonómicas y municipales del 22 de mayo, pero piensan que ese no será el día, claro que con Zapatero todo puede pasar, es decir que lo anuncie el 5, o el 26, cualquier otro día, o sencillamente nunca porque lo mismo está convencido de que aún le quedan cosas por hacer.
Saben, ahora es un espectáculo escuchar a muchos de los que le hacían la pelota descaradamente, de los que se ufanaban de su "baraka", de los que le pintaban como el líder del mundo mundial, criticarle por lo bajo, decir que si continua dejará al PSOE como un solar. Los que ayer no le discutían ni una coma y le aplaudían todas sus decisiones hoy critican esas mismas decisiones. En realidad, no es que me sorprenda que esto suceda, como periodista estoy acostumbrada a ver este tipo de espectáculos políticos: mientras el jefe tiene todo el poder, le ríen las gracias, cuando el jefe flaquea en las encuestas comienza el sálvese quién pueda.
Pero volviendo al dilema sobre la continuidad de Zapatero, en la familia socialista son muchos los que creen que en el momento que el presidente anuncie que se va, el PSOE podrá comenzar a recuperarse, y en las elecciones del 22 de mayor, incluso salvar los muebles. Eso sí, también cuentan en medios socialistas que Zapatero, pese a presumir de talante, no perdona a quienes le empujar a tomar una decisión, ni a quienes le critican más o menos abiertamente.
Pero a lo que vamos, apuntense esa fecha del 26 de marzo por si acaso, aunque ya digo que sabiendo como actúa Zapatero lo normal es que sea otro día, y cuando nadie lo espere, cuando despeje sus planes de futuro. Al presidente no el gusta que le escriban el guión, y menos cuando se trata de decidir el momento en que tiene que salir de escena, si es que realmente se anima a salir de escena. No obstante en la familia socialista esperan que Zapatero despeje su futuro en marzo, y sobre todo, lo que esperan es que diga que no va a repetir como candidato.
Claro que aún no se ha escrito el último acto ni ha bajado el telón.
Atentos pues. Lo peor es que los errores de Zapatero han dejado mal parada a la generación que junto a él ha gobernado éstos años. De ahí que para buena parte de la familia socialista la única solución que ven a corto plazo sea la de Alfredo Pérez Rubalcaba. No obstante no sería justo juzgar con el mismo patrón a todos los que acompañaron, y acompañan, a Zapatero en su aventura. Carme Chacón ha demostrado con creces tener el temple de los buenos políticos. Juan Fernando López Aguilar o Jordi Sevilla, hoy caídos en desgracia, eran de lo mejor de aquella Nueva Vía. Pero quizá de todos, Carmen Chacón sea quien puede de verdad hacerse con el santo y seña del PSOE. Es una política cauta y trabajadora, que ha demostrado una buena mano izquierda en un ministerio tan difícil como el de Defensa.