Medidas contra la despoblación rural

25/08/2019 - 19:13 Fernando Almansa

Los ayuntamientos y administraciones en general deben facilitar de forma decidida acceso a viviendas o terrenos construibles. 

La lucha contra el despoblamiento rural, ha logrado algo de relevancia en los últimos meses, y los políticos han visto la necesidad de decir algo, ahora que el barco del mundo rural está casi hundido. Difícil va a ser recuperarlo, y sobre todo viendo las declaraciones de algunos de los políticos que se suponen tiene que aportar soluciones a un problema que ya es casi centenario en nuestro país.

Resulta triste y escandalosos como muchas medidas pasan por las “subvenciones”; subvenciones que en la mayoría de los casos llevan un aparataje administrativo “a la española”, es decir: complejo, pesado y centrado en los requerimientos de la administración y no del destinatario. Sería bueno que junto a la propaganda millonaria de las diversas subvenciones, se publicaran informes de impacto real y resultados consolidados de asentamiento de población rural de forma sostenible.

La administración española, cada vez, más sobre cargada de niveles burocráticos, desde el europeo al municipal, pasando por el central, autonómico y diputaciones, es un laberinto en el que mejor no entrar si alguien quiere realmente hacer una apuesta vital por el medio rural. 

Más le valdría a la Administración quitar trabas, que añadir supuestos mecanismos de ayuda que en muchos casos acaban como trampas mortales para los que ingenua y confiadamente accedieron a estas supuesta “ayudas”.

Algunas cosas básicas deben ponerse en marcha, si de verdad se quiere ayudar a la recuperación del mundo rural:

1. Dejar a las familias apoyarse con libertad. Resulta paradójico que los padres no puedan apoyar sin cargas tributarias a sus hijos e hijas, mientras que la administración si lo hace con vericuetos  burocráticos insoportables para los receptores.

2. Facilitar los servicios básicos en igualdad de condiciones a los que se ofrecen en las urbes, especialmente vivienda, educación y sanidad.  La vivienda es uno de los mayores problemas en el mundo rural, bien por la mala calidad de las que están disponibles, bien porque se han catalogado por los propios vecinos como segundas residencias y se venden o alquilan como tal, o bien por reticencias culturales hacia los nuevos pobladores. Los ayuntamientos y administraciones en general, deben facilitar de forma decidida acceso a viviendas o a terrenos construibles, para pobladores del mundo rural. Y los vecinos deben abrirse más a los nuevos pobladores, son mirarlos como intrusos. 

3. Simplificación del sistema fiscal y reconocimiento de la economía informal y de truque y ayuda mutua, sin que sean considerados acciones ilícitas o ilegales. La maquinaria fiscal del Estado, no está diseñada en absoluto para fomentar el desarrollo rural sino todo lo contrario, cualquier actividad que no entre en los parámetros de la economía industrializada y formal es objeto de cuestionamiento, desde intercambios de productos del huerto hasta la ayuda mutua vecinal. Todo debe contabilizarse y tributarse con sus IVAs correspondientes. Un absurdo que mata la economía real, más sencilla y de intercambio.

4. Normativas adaptadas al mundo rural y de la micro empresa rural. Los requerimientos sanitarios, comerciales, contables, etc. Para una familia que emprenda una pequeña actividad agrícola, ganadera, comercial o de otro tipo, está sometida a la misma normativa que una fábrica de mil empleados. Una forma muy efectiva de matar iniciativas por estrangulamiento.

5. Acceso a telefonía móvil e internet, universal, estable y de calidad en todos los núcleos  de población. La nueva economía pasa por las comunicaciones, la brecha tecnología entre las grandes urbes con redes 5G y las rurales, (como desde donde escribo, que para mandar un correo hay que subirse a la torre de la iglesia), es la manera más clara de cerrar el futuro de los  pueblos.

6. Integración de todas las medidas en un plan estratégico  de promoción del mundo rural, coherente entre las diversas administraciones públicas involucradas y basado sobre una amplia consulta y participación de los pobladores del medio rural,

Las subvenciones no son la solución; la eliminación de trabas, el sentido común, y la facilitación de servicios públicos en igualdad de condiciones a los ciudadanos urbanitas y a los rurales son las medidas que hay que fomentar desde lo público. Y por último y muy importante, quien asuma responsabilidades políticas en estos temas, que sean personas con experiencia directa de vivencia rural, y no burócratas de asfalto.