Medidas excesivas
01/10/2010 - 09:45
EL COMENTARIO
NURIA FERNÁNDEZ - Periodista
Acer botellón se está poniendo difícil en Guadalajara y no sólo por la ordenanza de convivencia que ha puesto en marcha el Ayuntamiento de Guadalajara sino por el celo y la forma en la que han decidido el equipo de gobierno del Ayuntamiento y la policía local de la ciudad de invitar a los jóvenes de la ciudad a desistir de tan molesta y maloliente práctica.
El primer fin de semana agentes de la policía local se apostaron, literalmente, en la calle de San Roque, para impedir la práctica del botellón. Para ello instalaron en la calle que da acceso a la Fuente de la Niña, un coche patrulla atravesado, varios conos naranjas y un agente, todo ello para impedir el paso de cualquier vehículo. La fórmula hizo que la noche fuera tranquila y que muy pocos, según el Ayuntamiento, se acercaran hasta esta zona emblemática del botellón para tomarse unas copas al aire de la noche. La medida de cortar una calle al tráfico para evitar la circulación de coches con maleteros cargados de alcohol me parece excesiva. Está claro que los jóvenes, porque es algo implícito en su edad, intentarán burlar las normas, pero no se pueden tomar medidas tan extremas. La ordenanza existe y los jóvenes la conocen por eso aunque la presencia policial en los puntos calientes tiene que existir no debe ser tan coercitiva. Lo mejor sería darles la oportunidad de demostrar que quieren cumplir la ley y el que no la cumpla se encontrará con la parte más desagradable: la sanción.
La lucha contra el botellón requiere cambios y ya se han puesto en marcha con la nueva ordenanza aunque está claro que se necesita tiempo para buscar resultados. Las iniciativas anteriores no funcionaron: la medida del colegueo que puso en marcha el equipo de gobierno socialista de ir a hablar con los jóvenes para pedirles que no montasen escándalo y lo dejasen todo limpio, no funcionó, era de cajón. Pero ni aquello era bueno ni lo es esto. La presencia policial en las zonas conflictivas es necesaria pero como medida de disuasión. Si eso no funciona habría que subir un escalón y cortar calles pero no al revés. Se quejan los jóvenes de su mala fama y aseguran que no todos los que practican el botellón son alborotadores, sucios y autores del destrozo del mobiliario urbano. Piden un voto de confianza y ésta es una buena oportunidad para que lo demuestren y separar así, los unos de los otros.
La lucha contra el botellón requiere cambios y ya se han puesto en marcha con la nueva ordenanza aunque está claro que se necesita tiempo para buscar resultados. Las iniciativas anteriores no funcionaron: la medida del colegueo que puso en marcha el equipo de gobierno socialista de ir a hablar con los jóvenes para pedirles que no montasen escándalo y lo dejasen todo limpio, no funcionó, era de cajón. Pero ni aquello era bueno ni lo es esto. La presencia policial en las zonas conflictivas es necesaria pero como medida de disuasión. Si eso no funciona habría que subir un escalón y cortar calles pero no al revés. Se quejan los jóvenes de su mala fama y aseguran que no todos los que practican el botellón son alborotadores, sucios y autores del destrozo del mobiliario urbano. Piden un voto de confianza y ésta es una buena oportunidad para que lo demuestren y separar así, los unos de los otros.