Mejorar las redes, ahorrar agua
01/10/2010 - 09:45
Editorial
La protección del entorno y la preocupación creciente para asegurar un desarrollo sostenible, donde el uso racional del agua es una parte de importancia indiscutible, se han transformado en objetivos primordiales de la acción de los poderes públicos a todos los niveles. Utilizar el agua racionalmente equivale a ahorrarla y hace extensiva esta acepción a los conceptos de aprovechamiento, reaprovechamiento y reutilización.
De este modo, en cada actividad que requiere consumo de agua hay que destinar aquella que sea necesaria, con la calidad y características que correspondan al uso a que se destine. Pero todas las medidas de ahorro de agua requieren una mínima contabilidad del recurso hídrico. Sin conocer la cantidad de agua que introducimos en la red de distribución es imposible valorar la eficacia de ahorro; por eso, hemos de considerar absolutamente imprescindible la instalación de contadores en todos los nudos o lugares clave de la distribución. Pero más allá de saber cuánta agua consumimos está la de saber cuánta agua se pierde por unas redes que en muchos casos presentan un notable estado de deterioro. De hecho, la inversión en el mantenimiento y renovación de las redes de distribución es primordial. Se debería conseguir una ratio de eficiencia del orden de un 85%, algo que está muy lejos de las cifras actuales, en una provincia como la de Guadalajara. Por eso es de gran importancia que entidades como la Mancomunidad de Aguas del Sorbe ofrezca una línea de ayudas, para los municipios mancomunados, cuyo objetivo es ejecutar obras relacionadas con el ciclo integral del agua y la racionalización del consumo. La asamblea general aprobaba unas nuevas bases para repartir los 700.000 euros previstos para este concepto. De este modo no sólo se contribuirá al mejor aprovechamiento del agua y a la reducción de las pérdida sino también a hacer un uso racional de un bien que cada día es más escaso. Aparte queda la equidad en el reparto, pero ese es otro tema.