Michelle Raposo: “Para mí el baloncesto es mi vía de escape, mi liberación, es lo que más me gusta”

17/02/2023 - 12:26 Alberto Moreno Pérez

Michelle Raposo es una de las históricas del baloncesto femenino en Guadalajara. Ha pasado por el basket de Azuqueca, Yunquera, Alcalá y ahora es la máxima anotadora del Ferial Plaza, un proyecto “que tiene muy buena pinta”.

No puede haber mejor escenario para realizar esta entrevista. Quedamos con Michelle Raposo (Villaviciosa de Odón, Madrid, 20/06/1995) en el palacio Multiusos. Es la mítica instalación deportiva de Guadalajara, que además, en el momento de nuestro encuentro estaba ocupada por la selección española femenina de baloncesto. Así, mientas las Cristina Ouviña, María Conde o Laura Gil se empeñan en reflejar sobre el parqué los sistemas de Miguel Méndez, en la grada hablamos con Michelle de deporte, de la vida y de mucho, mucho baloncesto.

Nuestra protagonista no puede evitar mirar de reojo las evoluciones de las internacionales. “Es verdad que sigo más la ACB que la selección, pero ahí hay jugadoras que son históricas; tenemos mucha suerte en Guadalajara de tener sorpresas así de vez en cuando”, relata la capitana del Guadalajara Basket. 
Con siete años Michelle se trasladó con su familia a vivir a Azuqueca de Henares. Ahí, comenzó su idilio con este deporte, una pasión, que hoy, veinte años después sigue disfrutando. Sus primeras canastas fueron en el antiguo Basket Azuqueca. También han podido disfrutar de su juego en el Basket Yunquera (ya en categoría senior) y en el mítico Alvargómez, que comandaba Juan Carlos García Arés. 
“Con Juan Carlos estuve cinco años y fue una experiencia muy buena”, dice la jugadora. Por aquel entonces el equipo militaba en Primera Nacional y tuvo incluso la oportunidad de disputar una fase de ascenso a Liga Femenina 2, en Castellón. “Es uno de los momentos más bonitos de mi carrera. En Castellón jugamos con equipos como UCAM Murcia o contra Veritas, eso no está pagado”, apunta la capitana del Guadalajara Basket recordando aquella experiencia de 2017. 

Cuando acabó ese proyecto, Michelle se unió a otro mítico de este deporte, Pepe Peinado, en la ASDFGH, la asociación de basket provincial. Después jugó en Primera Autonómica, ya en Guadalajara, dos años, uno con Dani Gómez y el segundo con Emilio Aguirre.

Tras un paso por el basket de Alcalá, también en Primera Autonómica, regresó a la capital alcarreña para formar parte de la aventura del actual Ferial Plaza que cumple ahora dos años de vida. “No me puedo quejar de mi trayectoria. He aprendido mucho con todos los entrenadores y a todos les guardo un grato recuerdo”, explica.

Al mismo tiempo que relata su camino en el mundo del basket, en el Multiusos suena la bocina. La selección hace un descanso. Y Michelle vuelve a hablar de las internacionales. “Para estar ahí, con las mejores hay que tener mucha ambición y trabajar mucho. Se trata de hacer un sacrificio que no todo el mundo está dispuesto a hacer o no se lo puede permitir. Yo cuando era joven podía haberme ido a jugar a Madrid, pero mis padres no se lo podían permitir y preferí quedarme en mi ciudad  con mis compañeras”. Tras la frase, llega un breve suspiro de Michelle y rápidamente se recompone: “Tenemos una fórmula en el club que la dice mucho nuestro entrenador, Dani Gómez, que es trabajo más esfuerzo, igual a mejora. Si no trabajas nunca vas a tener calidad”. 

Pues trabajo e intensidad son dos factores innegociables para el proyecto de su actual club. La ayuda de las instituciones y de Ferial Plaza han permitido que Guadalajara pueda volver a contar con baloncesto femenino en categoría nacional. El equipo cumple su segundo año, pero desde el club no tienen prisa y así lo trasmiten a las jugadoras. “El año pasado se hizo un gran trabajo y esta temporada se está mejorando y se va notando. La primera vuelta ha sido complicada por lesiones y por falta de acoplamiento, pero ahora los resultados están saliendo. Queda mucho de la segunda vuelta y cualquier cosa puede pasar. Hay muchos equipos para pelear los puestos de arriba. Aspirar a los dos puestos primeros estará complicado porque nos llevan mucha ventaja, pero soy ambiciosa y no descarto nada en esta temporada”. Es el resumen, en boca de Michelle Raposo, de la aventura de este curso del Ferial Plaza Guadalajara.

“Para mí el basket es mi vía de escape, mi descanso del trabajo, del día a día. Es mi liberación. Es lo que más me gusta”, insiste la jugadora y descubre también su faceta como entrenadora, una faceta que inició en la campaña 2016-17 con el alevín masculino del Guadalajara Basket, para en la siguiente temporada jugar la fase final regional alevín consiguiendo un meritorio tercer puesto. También ha llevado infantiles y cadetes femeninos. En la 2019-20 fue entrenadora ayudante de la selección infantil femenina de Castilla La Mancha. Hoy dirige a los más pequeños, el equipo de la Escuela del San José. “Como entrenadora hay que saber dirigir a los niños y lidiar con los padres. Si respetan el trabajo del entrenador y nosotros respetamos lo que los padres quieren inculcar a sus hijos, no hay conflicto. Hay padres que quieren ser entrenadores desde la grada cuando juegan sus hijos y a veces te ha tocado decir que soy la que lleva al equipo”, explica.

Las lesiones
El gran enemigo de cualquier deportista, las lesiones, también se ha acercado a Michelle. Las lesiones me matan, me pesan mucho”, dice y descubre con preocupación que “llevo dos años con una lesión que no termino de solucionar. El año pasado se me rompió un músculo de la espalda, lo que provocó que se me rompiera el sacro. Eso me hizo jugar toda la temporada con un hueso roto y mucho dolor. Este año lo llevo mejor porque estoy cogiendo fuerza. He pasado por siete u ocho fisios, por varios médicos y no saben lo que tengo. Esto te impide hacer lo que te gusta y puede marcar mi futuro en el baloncesto. No sé cuánto tiempo me quedará jugando”.

Seguro que será mucho y que podrá seguir sumando puntos en el proyecto del Ferial Plaza, una aventura que “tiene muy buena pinta. Ojalá sea la definitiva”. ¡Ojalá!