Miguel Ángel Blanco y el Ché
01/10/2010 - 09:45
LA VENTANA
Carlos Carnicero,
PERIODISTA
La comparación entre Miguel Ángel Blanco y el Ché es algo más que un despropósito .
Esperanza Aguirre no ha tenido mejor ocurrencia que aleccionar a las Nuevas Generaciones del PP al grito de Vosotros os habéis atrevido a decir que hay héroes como Miguel Ángel Blanco y canallas como el Che Guevara. Una buena manera de cerrar el congreso de los jóvenes conservadores españoles. Si la contraposición al sacrificio de Miguel Ángel Blanco es la demonización del Ché Guevara está claro que la presidenta de Madrid no quiere más adhesiones hacia la figura del concejal asesinado por ETA que las de quienes estén dispuestos a la clasificación del Ché como canalla. Se acaba de reducir el cupo sensiblemente de personas que puedan sentirse cercanas al recuerdo de Miguel Ángel Blanco porque hay demasiada camisetas del Ché y demasiados póster en la memoria colectiva de españoles demócratas y antifranquistas.
En realidad, la comparación entre Miguel Ángel Blanco y el Ché es algo más que un despropósito: es el deseo de resucitar un antagonismo de la derecha extrema con la izquierda en una época en la que ese predicamento sólo puede generar confrontación y división: ¿pero no es esa la esencia de la estrategia electoral de José María Áznar y del PP por lo menos hasta las últimas elecciones? ¿Necesitan insultar al Ché para movilizar a los jóvenes conservadores españoles? Me imagino que si Miguel Ángel Blanco se enterara de la utilización que ha hecho Esperanza Aguirre de él se sentiría perplejo. Porque Miguel Ángel Blanco era un joven tranquilo que quiso ser concejal de su pueblo y fue asesinado brutalmente por ETA sin que él tuviera la menor elección de defenderse pero tampoco de evitar dejarse matar. No es un héroe; podríamos calificarlo como mártir, pero no como un héroe porque a estos se les requiere un posición activa que les lleva al riesgo de morir. No es el caso. Un sencillo concejal que probablemente fue elegido por ETA por ser el objetivo más fácil.
El Ché Guevara fue un idealista y un aventurero que puso su vida a disposición de una causa revolucionaria que evidentemente no es del agrado de Esperanza Aguirre. Ni lo era cuando la señora Aguirre era joven, ni lo es ahora. Entonces, la señora Aguirre, en vida de Franco, no estaba llamada a la política y por lo que se sabe asistió complaciente y en silencio a los últimos días de la dictadura. Perdió entonces y ha perdido ahora la oportunidad de tachar de canalla al dictador Franco. Todavía está a tiempo de hacerlo y esa ubicación del general en categoría tan repugnante nos ayudaría a situar el carácter inequívocamente democrático de la facción que representa la señora Aguirre. ¿Por qué ese dislate de comparar a Miguel Ángel Blanco con el Ché? Sinceramente creo que por una falta de referencias ideológicas de carácter heroico y democrático en la derecha española.
En realidad, la comparación entre Miguel Ángel Blanco y el Ché es algo más que un despropósito: es el deseo de resucitar un antagonismo de la derecha extrema con la izquierda en una época en la que ese predicamento sólo puede generar confrontación y división: ¿pero no es esa la esencia de la estrategia electoral de José María Áznar y del PP por lo menos hasta las últimas elecciones? ¿Necesitan insultar al Ché para movilizar a los jóvenes conservadores españoles? Me imagino que si Miguel Ángel Blanco se enterara de la utilización que ha hecho Esperanza Aguirre de él se sentiría perplejo. Porque Miguel Ángel Blanco era un joven tranquilo que quiso ser concejal de su pueblo y fue asesinado brutalmente por ETA sin que él tuviera la menor elección de defenderse pero tampoco de evitar dejarse matar. No es un héroe; podríamos calificarlo como mártir, pero no como un héroe porque a estos se les requiere un posición activa que les lleva al riesgo de morir. No es el caso. Un sencillo concejal que probablemente fue elegido por ETA por ser el objetivo más fácil.
El Ché Guevara fue un idealista y un aventurero que puso su vida a disposición de una causa revolucionaria que evidentemente no es del agrado de Esperanza Aguirre. Ni lo era cuando la señora Aguirre era joven, ni lo es ahora. Entonces, la señora Aguirre, en vida de Franco, no estaba llamada a la política y por lo que se sabe asistió complaciente y en silencio a los últimos días de la dictadura. Perdió entonces y ha perdido ahora la oportunidad de tachar de canalla al dictador Franco. Todavía está a tiempo de hacerlo y esa ubicación del general en categoría tan repugnante nos ayudaría a situar el carácter inequívocamente democrático de la facción que representa la señora Aguirre. ¿Por qué ese dislate de comparar a Miguel Ángel Blanco con el Ché? Sinceramente creo que por una falta de referencias ideológicas de carácter heroico y democrático en la derecha española.