Molina y las incógnitas del Parador

Tienen razón los molineses al ser escépticos ante los grandes anuncios. No es la primera vez que las expectativas de desarrollo acaban durmiendo en el fondo de algún cajón. A todos se nos viene a la memoria la promesa realizada por el mismísimo Zapatero en un mitin electoral en la campaña de 2008 de convertir la N-211 en autovía (entre las localidades de Alcolea del Pinar y Monreal del Campo) y de la que poco más hemos sabido a lo largo de estos últimos tres años. El Parador es otra de las grandes luchas de la comarca molinesa. No en vano, los molineses tienen puesta en esta infraestructura turística buena parte de la esperanza de futuro de la zona. El pasado 19 de agosto el Consejo de Ministros autorizaba la inversión de 29,7 millones de euros para construirlo, pero ni eso venía a conformar a unos vecinos que ven cómo las promesas se van quedando en eso. De ahí que las declaraciones del diputado nacional por Guadalajara Ramón Aguirre que calificaba como “un monumental engaño” los continuos retrasos no hayan asombrado a nadie. Sin embargo, el parlamentario nacional pone encima de la mesa una serie de interrogantes que avivan aún más la desconfianza sobre la consecución del proyecto. Por ello ha presentado un conjunto de doce preguntas al Gobierno para aclarar este asunto. Quiere demostrar que no hay consignada partida presupuestaria en los PGE 2011; que el presupuesto autorizado de 29 millones de euros no cubre el coste total del proyecto, teniendo en cuenta el coste de construcciones similares; que se ha sustituido el proceso administrativo de concurso por uno de adjudicación directa; que se ha seleccionado una empresa como Tragsa sin ninguna experiencia en la construcción de paradores, en detrimento del sector privado acreditado; que se ha estimado un periodo de ejecución que no es real con la media experimentada; y que se oculta la fecha de inicio de las obras. Unas incógnitas a resolver no solo para el PP sino para buena parte de la población de la comarca de Molina que se muestra incrédula.idad a muchos viajeros que disfrutan de esta tradición conservada a lo largo de los siglos.