Monopatín y padel para todos
01/10/2010 - 09:45
LA VENTANA
FERNANDO JAÚREGUI
PERIODISTA
Así que los ocho mil millones de euros destinados por el plan Zapatero para generar empleo desde los ayuntamientos se nos van a ir en monopatines y pádel para todos, según se va sabiendo.
Compelidos a presentar proyectos de manera urgente para recibir la pasta, los ayuntamientos han presentados planes precipitados que, es de temer, en buena parte de los casos van a generar un empleo muy coyuntural para fines perfectamente prescindibles: más polideportivos, más centros culturales que nada cultural albergan, mucha pista de padel, de monopatín, frontones por doquier...
Preguntas que se me ocurren: ¿Es este el remedio para la crisis? ¿Quién selecciona cuáles serán las inversiones realmente productivas y cuáles los pretextos que nos llevarán a una nueva inflación de rotondas bellamente adornadas con los motivos más horteras? Claro que, en lo que se refiere a las deficiencias de los controladores y en otro orden de cosas ¿quién apremia a ciertas entidades bancarias para que, con el dinero recibido, abran de una vez la espita de los créditos a las pequeñas y medianas empresas? Ítem más: ¿no sería preferible que ciertas corporaciones municipales aflojasen la bolsa y pagasen algunas deudas a empresarios agobiados por la falta de liquidez debida a la morosidad de no pocas administraciones públicas, que pueden tardar hasta dos años -o más- a la hora de pagar?
Espero de los encargados de resolver estas cuestiones una pronta y convincente respuesta a mis dudas, gracia que confío alcanzar de sus señorías, cuya vida guarde Dios muchos años, como se decía hasta hace no mucho, cuando los gobernantes eran tan inalcanzables como ahora.
Preguntas que se me ocurren: ¿Es este el remedio para la crisis? ¿Quién selecciona cuáles serán las inversiones realmente productivas y cuáles los pretextos que nos llevarán a una nueva inflación de rotondas bellamente adornadas con los motivos más horteras? Claro que, en lo que se refiere a las deficiencias de los controladores y en otro orden de cosas ¿quién apremia a ciertas entidades bancarias para que, con el dinero recibido, abran de una vez la espita de los créditos a las pequeñas y medianas empresas? Ítem más: ¿no sería preferible que ciertas corporaciones municipales aflojasen la bolsa y pagasen algunas deudas a empresarios agobiados por la falta de liquidez debida a la morosidad de no pocas administraciones públicas, que pueden tardar hasta dos años -o más- a la hora de pagar?
Espero de los encargados de resolver estas cuestiones una pronta y convincente respuesta a mis dudas, gracia que confío alcanzar de sus señorías, cuya vida guarde Dios muchos años, como se decía hasta hace no mucho, cuando los gobernantes eran tan inalcanzables como ahora.