Mujeres en la revolución del Magreb

08/03/2011 - 00:00 Carlos Carnicero

 
Celebrando el día internacional de La Mujer, cabe preguntarse si tenemos puesto el microscopio en las revueltas del mundo árabe para saber si ese proceso de liberación, que tiene un efecto dominó, va a tener en cuenta los derechos irrenunciables de la igualdad. Hasta ahora hemos visto en las calles de Túnez y de El Cairo a mujeres junto a hombres arriesgando su vida por la liberta. Sabemos que en Libia están siendo masacradas igual que los hombres. Pero no hay ninguna declaración clara de intenciones de que el nuevo orden surgido de estos movimientos revolucionarios tenga la consideración de que los derechos de Igualdad entre mujeres y hombres están al nivel de las demás libertades democráticas en la consideración de una democracia normalizada. En todas las intervenciones de occidente en el hemisferio musulmán, las mujeres han sido siempre relegadas, argumentando, no siempre frontalmente, que las características culturales de cada pueblo impedían normalizar lo que en occidente es irrenunciable en cuanto a homologación de derechos entre mujeres y hombres. De esa manera, en Irak la mujer está probablemente más marginada, incluso, que en la época del malvado Sadan Huseín y en Afganistán el Burka sigue siendo el sinónimo vigente de la mayor de las subordinaciones de las mujeres a los hombres. En Egipto está vigente la poligamia. Y la sumisión de las mujeres en todo el Magreb a los hombres no son la consecuencia del yihab sino que ese velo es el símbolo de la subordinación. Ahora es un momento inexcusable para que los derechos de las mujeres estén incluidos en primer término en los derechos humanos y fundamentales de forma que no exista una disociación entre ellos. Y la coartada cultural ya no puede ser esgrimida en ningún caso. Decir esto en el día Internacional de las Mujeres puede parecer un rito obligatorio, Nuestra obligaciones hacer de esto un reto inexcusable de cada día.