Nada amistoso
01/10/2010 - 09:45
Los insultos racistas proferidos contra los internacionales del fútbol inglés Cole y Wright-Phillips en un partido disputado en el estadio Santiago Bernabéu en 2004 no pueden convertirse, cuatro años más tarde, en razón alguna para que la Federación de aquel país ponga el veto al campo del Real Madrid para un encuentro amistoso con la selección española.
Ello sería tanto como condenar a perpetuidad a toda una afición y señalar con un estigma injusto -y en esa misma medida provocador- a un terreno de juego y a unas gradas que probablemente no han sido escenario de más expresiones de xenofobia que otros muchos campos europeos. Si Inglaterra quiere jugar con nuestra selección en España, es a la Real Federación a la que corresponde decidir en qué estadio, y a ella y a las autoridades adoptar todas las medidas posibles para que el encuentro no dé pie a la más mínima manifestación racista.