Nadie con credibilidad

11/08/2011 - 18:25 Luis del Val

Mientras cada día que transcurre parece aumentar el peligro de un desastre económico mundial, conforta observar que todavía quedan personas responsables, como ese ayuntamiento español que ha nombrado como concejal de medio ambiente a un pirómano condenado por los tribunales, o ese consejero de Cataluña que, en medio de la galerna financiera que nos va a dejar a todos arruinados, piensa que los catalanes se salvarán sin ponen la "Cat" en la matrícula de sus vehículos. En todos los ambientes dramáticos hay situaciones cómicas, y en todas evacuaciones por incendio siempre hay un gilipollas que está entretenido haciendo un solitario, y piensa que el humo se debe a que ya dejan fumar en los bares.

   Dicen que la crisis tiene su origen en la falta de credibilidad, y puede que tengan razón, pero es que credibilidad, ya no tiene nadie. No la tienen las agencias que emiten juicios de calificación con orgullo de catedrático incorruptible, cuando esas mismas agencias le habían dado matrícula de honor a Lehman Brtohers, segundos antes de que saltara por los aires; no la tienen los políticos, más atentos a su patrimonio de votantes que al interés general y -lo que es muchísimo peor- no la tienen los expertos, algunos de los cuales dirigen instituciones como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Central Europeo, porque han puesto ya tantas veces la fórmula salvadora para luego aplicar la contraria, que se les lee y se les escucha con el escepticismo con que uno contempla los augurios de la tarotista televisiva a altas horas de la madrugada, o el exhibicionismo emocional de uno de esos telepredicadores de la Iglesia del Noveno Día Al Interés Compuesto, capaces de asegurarte la paz eterna con una pequeña ayuda en su cuenta corriente.

   Los arúspices observan las entrañas de las ocas de la Bolsa y lanzan augurios. Son economistas, pero podrían vender crecepelos subidos a una carreta del Oeste de finales del XIX. Y tampoco tienen credibilidad.