Navidades entrañables y complejas
01/01/2016 - 23:00
Venimos ya hablando desde hace tiempo de los entrañables días de la Navidad. Todo son palabras de felicidad y buenos deseos cuando el calendario llega a estas fechas. Sin embargo el hombre ese ser sociable por naturaleza tanto como antisocial por vicio, no sabe aparcar en estos días su falta de sociabilidad. No nos gusta hablar de estas cuestiones pero la realidad está ahí tozuda para demostrarnos la realidad frente a todos esos buenos deseos de paz y felicidad. La gente en general quiere la fiesta junto con el bienestar y que la dejen en paz, pero ese ser antisocial por vicio, y ahí que cada cual ponga los que quiera, la convierte en infelicidad. Venimos hablando de la complejidad que existe en la gobernabilidad de los pueblos y en estos momentos toca a nuestro país padecerlo. Esperemos que al fin se encuentre el camino de bienestar que todos deseamos. Nos gustaría más bien hablar hoy de esos entrañables días y de algunas de sus tradiciones que sobre todo en los pueblos se celebraban con gran algarabía por todos, chicos y mayores, como eran esos inocentes en los que el pueblo era tomado por la juventud que se convertía con sus autoridades correspondientes en gobernantes por un día y que era una festividad disfrutada por todos. Sólo esa festividad nos daría mucho que contar. Mi pueblo es un rincón metido entre montañas casi inaccesibles pero de incomparable belleza. Sus habitantes tenían que salir para ganarse la vida con su mula y pez, y aguarrás como mercancía principal para ganarse unos duros, pues era así de compleja y difícil la vida
Muchos de los que leáis estas líneas sólo podréis comprenderlo si ya habéis oído hablar de lo que era un arriero. El espacio nos impide ser más explícitos pero no queremos que estos tan entrañables días pasen sin mencionar esas tradiciones que vivimos de pequeños y que suponemos sólo en el recuerdo están. Muchas son las tradiciones ancestrales que guardamos en la trastienda y que ahora podrían hacernos sonreír. Pero los tiempos han cambiado que es una barbaridad y también las costumbres, pero las emociones y los sentimientos están ahí y desean ser aflorados. Feliz salida y mejor entrada de ese Año Nuevo que ahora vamos a estrenar y suerte porque la necesitamos