Nerviosismo republicano

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Opinión
JOSÉ M. DE AREILZA CARVAJAL, PERIODISTA
“El presidente del PP no suelta prenda acerca de quién será su
‘número dos’. Ni sobre Esteban González Pons, ni sobre Pío García Escudero, ni sobre Dolores de Cospedal, ni Javier Arenas”.
La acusación de ser amigo de terroristas que ha lanzado Sarah Palin contra Barack Obama no tiene ningún fundamento, pero es un síntoma claro de en qué momento se encuentra la campaña electoral. Por un lado, la crisis económica había hecho estas semanas que el controvertido y sin embargo necesario rescate financiero fuese la prioridad. En este paréntesis, los candidatos no han transitado por la senda del envilecimiento y las acusaciones personales, una táctica casi obligada si tenemos en cuenta otras contiendas electorales recientes igual de reñidas.

La candidata a vicepresidenta ha entrado en tromba en esta vía y ha recuperado el discurso del miedo que tan bien le funcionó a Karl Rove, el asesor de George W. Bush y artífice del éxito de 2004. Por otro lado, el ataque virulento de Palin demuestra que el bando de McCain está muy preocupado por la actual ventaja en las encuestas del candidato demócrata. Obama ha reaccionado con cabeza y patriotismo ante la crisis y se ha rodeado de asesores económicos de mucho peso (Paul Volcker, Larry Summers, Bob Rubin, Warren Buffet). Por el contrario, su oponente ha sido percibido como excesivamente cercano a la fracasada Administración Bush, poco avezado en cuestiones económicas, dispuesto a reaccionar desde sus no siempre coherentes corazonadas y sin un equipo que inspire confianza en este terreno.

Es posible que con su apoyo al plan de rescate, Obama haya conseguido llegar al umbral de fiabilidad de ‘comandante en jefe’ que es necesario para ganar la Casa Blanca. Ahora, los republicanos vuelven a intentar convertir la campaña en un referéndum sobre la persona, los valores y la trayectoria de Obama. Por desgracia, tienen a su favor el llamado ‘efecto Tom Bradley’, según el cual los candidatos afroamericanos que participan en procesos electorales en EE UU obtienen varios puntos más en las encuestas que en las votaciones, gracias a una terrible mezcla de racismo y corrección política.

Pero en estados que suelen ser clave como Florida u Ohio, los electores se están decantando por la opción demócrata y su mensaje de renovación generacional y de alejamiento de la etapa Bush. Queda, no obstante, poco menos de un mes hasta las elecciones y aún es pronto para establecer conclusiones definitivas. La anotación más pertinente a estas alturas es que los republicanos se han puesto nerviosos.